La Ciencia Cristiana me ha dado un entendimiento de Dios y de Su amoroso cuidado y protección para todos Sus hijos. Me ha enseñado también la importancia de ser obediente a los mandamientos.
He asistido con regularidad a la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana desde la edad de dos años. He recibido mucho bien, incluyendo buena salud.
Ahora tengo diez años, y estoy en cuarto grado. En mi clase de la escuela, algunos de los alumnos frecuentemente usaban el nombre de Dios en vano. Se decían muchas malas palabras. Entonces, decidí recordarles a mis compañeros el tercer mandamiento (Éxodo 20:7): “No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano”. Además, vi a una de las chicas tomar un lápiz de color que no le pertenecía. Entonces le hablé del octavo mandamiento (Éxodo 20:15): “No hurtarás”. Le expliqué que no necesitamos robar, porque Dios nos da todo lo necesario.
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