Nota del Redactor: Desde sus primeros días las enseñanzas de la Ciencia Cristiana han sido objeto de exposiciones erróneas difundidas por sus críticos. En fecha más reciente, estas exposiciones erróneas han ido en crescendo en un extenso esfuerzo por estigmatizar la Ciencia Cristiana tildándola de “culto no cristiano”. Estimamos que esta serie de preguntas y respuestas acerca de aspectos fundamentales, que ha sido preparada por el Comité de Publicación, será de interés para nuestros lectores y demás personas interesadas. Las presentamos con el espíritu que anima estas palabras de la Sra. Eddy: “Una mentira que se ignora no se destruye tan rápidamente como cuando se la desenmascara con la ayuda de la verdad”. The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany, pág. 130.
Pregunta: La Sra. Eddy alegaba que ella era la Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana, pero muchos escritores repetidamente afirman que en realidad ella debía ese descubrimiento a Phineas P. Quimby.
Respuesta: Así se ha dicho, pero no lo han dicho eruditos que hayan investigado a fondo el asunto. Un examen detenido de los hechos históricos sobre este tema puede encontrarse en dos obras especializadas que han sido publicadas recientemente. Robert Peel, Mary Baker Eddy: The Years of Discovery, The Years of Trial, The Years of Authority (Nueva York: Holt, Rinehart and Winston, 1966, 1971, 1977) y Stephen Gottschalk, The Emergence of Christian Science in American Religious Life (Berkeley: University of California Press, 1973). En éstas, y en otros trabajos de investigación cuidadosamente realizados, se demuestra que existe una diferencia categórica entre el cristianismo fundamental de las enseñanzas de la Sra. Eddy y los puntos de vista de Quimby, que tenían sus raíces en el mesmerismo. En la Ciencia Cristiana la curación es una fase de la salvación cristiana, y ocurre como resultado de tornarse por completo a Dios como la única e infinita Mente divina. Quimby, por el contrario, consideraba que la curación era el resultado de lo que hoy en día llamamos sugestión mental; es decir, una cuestión de manipulación psicológica en vez de un renacimiento espiritual.
Aun el hijo de Quimby, que sentía un profundo resentimiento contra la Sra. Eddy, reconoció la crucial diferencia entre ella y su padre cuando escribió: “La religión que ella enseña ciertamente le pertenece, por lo cual no puedo estar suficientemente agradecido, pues no quisiera irme a la tumba pensando que mi padre estuvo de algún modo vinculado con la ‘Ciencia Cristiana’ ”. Citado en Gottschalk, pág. 136.
Pregunta: La Sra. Eddy dijo que su descubrimiento de la Ciencia Cristiana acaeció como resultado de su propia curación de los efectos de una caída en el hielo que ocurrió en 1866. ¿Qué se puede responder a la acusación de que ella inventó o exageró el relato de esta experiencia?
Respuesta: ¡La evidencia histórica de su relato acerca de este acontecimiento se basa en mucho más que en la palabra de una sola persona! En realidad, los detalles que se conocen del incidente provienen de diversas fuentes, que incluyen la noticia publicada en un diario, las declaraciones de otros testigos (que no eran Científicos Cristianos) y una carta de aquella misma época. Dos días después de la caída, para citar sólo una prueba, el diario local que publicó la noticia del accidente dijo que su condición era “crítica”. Se llamó a vecinos y amigos para que ayudaran; se mandó a buscar a su pastor; y se envió un telegrama a su marido, quien se encontraba en viaje de negocios, para que regresara. Muchos años después, el médico que la había atendido hizo varias declaraciones restando importancia a todo el asunto, pero en el momento del accidente, de acuerdo con la noticia del diario, él dijo que “las lesiones eran internas y de mucha gravedad”. Citado en Peel, Discovery, pág. 195.
Pregunta: Se ha afirmado también que la Sra. Eddy plagió partes de Ciencia y Salud y muchas de sus ideas principales de un ensayo sobre la filosofía de Hegel escrito por un pensador político del siglo XIX llamado Francis Lieber.
Respuesta: Esta acusación ya ni siquiera es discutible. Desde hace mucho ha sido expuesta como un completo fraude perpetrado en un intento por extorsionar a La Iglesia Madre en la década de 1930. Ya en 1955, un libro escrito por un eminente erudito de la fe bautista Conrad Henry Moehlman, Ordeal by Concordance (Nueva York: Longmans Green & Co., 1955). demostró, sobre la base de pruebas internas, que el documento en que se había basado la acusación era una falsificación hecha posteriormente, y que ni siquiera podría haber sido visto y mucho menos usado por la Sra. Eddy.
En un estudio más reciente llevado a cabo por un erudito de la Johns Hopkins University Thomas C. Johnsen, “Historical Consensus and Christian Science”, The New England Quarterly, marzo de 1980. se documenta la lamentable historia de esta falsificación: quién la perpetró, por qué y cuándo. Este estudio demuestra, también, de qué manera ha sido explotada la acusación por escritores que simplemente la dieron por cierta sin verificarla. El hecho de que una acusación tan fraudulenta haya sido repetida como verdad indiscutible en docenas de folletos y libros “fundamentalistas” trae a la memoria esta afirmación de Ciencia y Salud: “Suponer que la persecución por causa de la justicia pertenece al pasado, y que hoy el cristianismo está en paz con el mundo porque es venerado por sectas y sociedades, es equivocar la naturaleza misma de la religión. El error se repite. Las pruebas sufridas por profetas, discípulos y apóstoles, ‘de los cuales el mundo no era digno’, esperan, en alguna forma, a todo explorador de la verdad”.Ciencia y Salud, pág. 28.
Los Científicos Cristianos son cristianos y aman el verdadero cristianismo dondequiera que se encuentre. Reconocen y pueden responder profundamente al espíritu cristiano expresado por “fundamentalistas”, evangelistas, Católicos Romanos, y aquellos que no pertenecen a una religión específica.
Al mismo tiempo, sin embargo, los Científicos Cristianos conocen la validez y la profundidad de sus propias raíces cristianas. El propósito de Mary Baker Eddy, quien descubrió y fundó la Ciencia Cristiana, era liberar el pensamiento para que respondiera al Cristo siempre presente, que hizo que la vida de Jesús fuera única en la historia de la humanidad. Ella se sintió asombrada con la costra de siglos de la tal llamada ortodoxia que asfixiaba la lozanía y el poder del verdadero mensaje cristiano, y que reclamaba la representación exclusiva del cristianismo. La Ciencia Cristiana se separó del legalismo y el pietismo y rompió con la religiosidad superficial.
Por supuesto, las vidas de los Científicos Cristianos son las que, en última instancia, deben dar testimonio de la nueva visión del cristianismo que la Ciencia Cristiana representa. Nuestro Maestro mismo dijo: “... por sus frutos los conoceréis”. Mateo 7:20. Esta es la prueba sagrada del discipulado.
Amados, ahora somos hijos de Dios,
y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser;
pero sabemos que cuando él se manifieste,
seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.
Y todo aquel que tiene esta esperanza en él,
se purifica a sí mismo, así como él es puro.
1 Juan 3:2, 3