Ésta es una era maravillosa para comprender que el hombre es espiritual y no material. Es un momento único y crítico en la historia para darse cuenta de que la unidad que puede existir entre todos nosotros ha de proceder directamente de nuestra comprensión de la unidad que el hombre eternamente tiene con el Espíritu, Dios.
La humanidad ha dejado atrás la era cuando personas esparcidas por toda la tierra podían aislarse fácilmente del resto del mundo. Hemos entrado en la era en que la interdependencia es muy común.
Muchos ven bastante promesa en este contacto recíproco; en el empeño de trabajar en conjunto para resolver nuestras necesidades en este pequeño planeta. Sí, hay mucha promesa en ello; no obstante, hay que hacer frente a serios problemas a medida que se logra un mayor acercamiento entre personas. Ideologías políticas y sistemas económicos diferentes, y hasta las diferencias culturales en sí, pueden interrumpir la tendencia hacia obtener cierto grado de unidad.
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