Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

La suposición de Pilato

Del número de abril de 1983 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


El momento tuvo que haber sido tenso, hasta dramático. Cristo Jesús no respondió a su pesquisidor. Pilato lo apremió: “¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para crucificarte, y que tengo autoridad para soltarte?” Con una confianza imperturbable, Jesús respondió: “Ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba”. Juan 19:10, 11.

Difícilmente podemos leer episodios como ésos que culminaron en la crucifixión sin sentirnos profundamente conmovidos. La suposición de Pilato de que él podía determinar el destino de Jesús; la certeza que Jesús tenía de que Dios solamente era quien gobernaba su destino: estos dos puntos de vista tienen consecuencias que van mucho más allá del significativo acontecimiento cuando esos dos hombres se vieron frente a frente.

La suposición de Pilato nos presenta un reto incluso hoy en día. E intimidó a la gente mucho antes de la época de Jesús. Lo que Pilato dijo simbolizó una falacia mortal básica: la creencia de que la gente, los lugares, los acontecimientos, pueden ejercer un control decisivo sobre nuestras vidas. Moisés, cuando se enfrentó a Faraón, al prepararse para conducir a los israelitas fuera de Egipto, debe de haber sentido la arrogancia de la suposición de Pilato; Elías la sintió con Jezabel; los tres jóvenes hebreos con el rey Nabucodonosor y su horno de fuego ardiendo.

Iniciar sesión para ver esta página

Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / abril de 1983

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.