Existe amplia evidencia hoy en día que testifica del siguiente hecho: el tratamiento en la Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens) sana las enfermedades crónicas, así como las agudas. Una dificultad que parezca haber persistido por semanas, meses, o aun años, puede ser disipada por la luz de la Verdad divina, la iluminación que llega a la consciencia humana por medio de la oración a medida que se percibe y se acepta al Cristo en su función de sanar y salvar.
La oración que constituye el tratamiento en la Ciencia Cristiana comienza con Dios. Incluye el reconocer y comprender la ley divina, siempre activa en favor del hombre; que el Principio gobierna toda la creación; el control de la Mente sobre toda acción y función; la base espiritual y la continuidad de la vida del hombre, que manifiesta la Vida divina, el Espíritu. Esa oración también incluiría una negación específica de cualquier creencia agresiva que parezca estar presentando sus falsos argumentos de debilidad, incapacidad o dolor crónicos.
El tratamiento en la Ciencia Cristiana despierta al individuo a una percepción más clara de quién él es como hijo de Dios, como reflejo del Alma y manifestación del Amor divino. Comienza a darse cuenta de la innata compleción del hombre y de su unidad permanente con el Padre-Madre. Se ve que el ser individual está intacto y no corrompido; libre, sano, por siempre ilimitado. De ese modo, la mentira de la enfermedad crónica pierde su supuesto apoyo (temor, ignorancia, pecado). Ver Ciencia y Salud 411:23–24. Su aparente sustancia como creencia falsa en el pensamiento humano se disuelve. Cae bajo el propio peso muerto de la nada de la mentira. El resultado es la curación.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!