Dibujo por Benjamín Fortmiller, primer grado
Cuando la familia de Débora se mudó a otra casa, a ella le dieron un nuevo dormitorio. Aun con la lámpara de noche encendida, había unas sombras extrañas que la asustaban. Le costaba dormirse, y se despertaba muchas veces durante la noche.
Una noche, Débora contó a su mamá cuán asustada estaba y lo mucho que deseaba regresar a su antiguo dormitorio donde todo le resultaba tan familiar y amistoso.
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