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ESCUELA DOMINICAL Preparando a la juventud para el mundo de hoy

Preparado para La Iglesia Madre, Departamento Actividades de la Iglesia. Último de ocho artículos.

El superintendente y el personal de la Escuela Dominical

Del número de noviembre de 1984 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


¿Es usted superintendente de una Escuela Dominical? Merece felicitaciones y aprecio. Usted desempeña uno de los cargos establecidos especialmente por la Sra. Eddy para cada filial de la Iglesia de Cristo, Científico. Y nuestra Guía le ha dado suficiente ayuda para hacer este trabajo. En primer lugar, este cargo mismo está firmemente establecido en el Manual de La Iglesia MadreMan., pág. 127. por la Sra. Eddy, donde se menciona dos veces en el Orden de los Ejercicios. A través de sus escritos, como también en la Biblia, se puede encontrar mucho que apoya el cuidado que usted brinda y la educación que lleva a cabo. La sabiduría, el amor, la pureza que se necesitan para esta labor proceden de Dios. Usted, su personal y los miembros, realmente poseen todo lo que es necesario para ayudar a los niños a ser activos discípulos del Cristo, la Verdad.

Además de conducir los ejercicios de la Escuela Dominical, el superintendente tiene otros importantes deberes. Pero sosteniendo todos estos deberes y protegiéndolos a todos bajo el cuidado de Dios, está la actividad de la oración:

• La oración que prepara la atmósfera del pensamiento para recibir a los niños gustosamente.

• La oración para enseñar y aprender.

• La oración que reconoce que la misión de una iglesia filial para sanar e iluminar a la comunidad, incluso a los niños, es divinamente guiada y, por consiguiente, prospera.

Es el superintendente quien alienta a los miembros a dar a la Escuela Dominical la alta prioridad que ésta se merece. Después de todo, la Escuela Dominical es parte de la sección “Cultos Religiosos” establecida en el Manual de la Iglesia (Artículos XIV al XX). Hay también algunos deberes administrativos, pero éstos se desarrollan armoniosa y naturalmente cuando la oración para la Escuela Dominical ha tenido prioridad. Preparar trabajo para el alumno y el profesor, seleccionar los himnos, estar disponible durante la hora para ayudar en caso de necesidad, dar la bienvenida a los visitantes, trabajar con los padres, etc., éstos y otros detalles se preparan mejor cuando silenciosamente escuchamos a Dios para que nuestras acciones sean guiadas hacia la mejor, y, a menudo, más simple solución de un problema. Realmente, es la voluntad y el propósito de Dios de que el don de la comprensión espiritual sea correctamente impartido a los niños del mundo y gozosamente recibido por ellos. Por eso, la oración es, en verdad, la manera más básica de enfocar cualquier necesidad de la Escuela Dominical.

El superintendente y el personal son mucho más que meros coordinadores, oficinistas o “buscadores de substitutos”. Ellos participan directamente del verdadero trabajo de la Escuela Dominical. En gran parte dictan el modo de la instrucción en la Escuela Dominical y preparan su atmósfera. Establecen la primera relación con los maestros, los alumnos y los padres. Durante el período mismo de enseñanza, brindan a las clases un verdadero apoyo espiritual, y están a mano para ayudar en cualquier necesidad inesperada. La actividad de este equipo de trabajadores aporta una atmósfera tranquila y productiva para aprender.

Como superintendente, se espera que usted sea un metafísico activo, que comprenda y mantenga la visión que tuvo la Sra. Eddy para la enseñanza y el aprendizaje en la Escuela Dominical. Usted puede ayudar al resto de los miembros a elevar las expectativas que ellos tienen de la Escuela Dominical para que sean iguales que las de nuestra Guía, como las vemos en sus escritos. Un poco de investigación de la palabra “superintendente” con la ayuda de un diccionario, aclara mucho de lo que debe incluir este cargo. Esta palabra, derivada del latín intendere, “esforzarse por”, “poner la mira en”, es significativa; y super, por supuesto, significa “sobre”. Por lo tanto, la superintendencia incluye el mantener la atención sobre un objetivo y el esforzarse por alcanzarlo.

Por medio de la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana, la Sra. Eddy nos ha provisto el plan dado por Dios para la instrucción de los niños en la iglesia. Y somos nosotros los que llevamos a cabo este plan. Ella nos lo confió a nosotros. Su claro propósito de que los niños aprendan la Ciencia sanadora de las Escrituras mediante la ley divina, el evangelio y la oración, es nuestro infalible apoyo.

He aquí otros pocos pasos prácticos que pueden serle útiles:

• Comunicación frecuente con los maestros fuera de la Escuela Dominical es una forma natural de apoyo, y no una impertinencia. Usted puede enterarse de cómo están progresando las clases y mantenerse alerta a cualquier desafío específico. Los maestros ciertamente tienen su propio estilo de enseñanza, y a ellos les corresponde el trabajo con los alumnos. Raras veces es apropiado observar las clases durante la hora de clase. Pero su amistoso y afectuoso interés es siempre aceptable. Los maestros y las clases percibirán y apreciarán su apoyo basado en la oración.

• Reuniones de maestros son una herramienta para mantener activa una buena comunicación. No hay número fijo, o plan o tiempo determinado, solamente lo que responda a las necesidades de su iglesia. Sin embargo, es importante mantener libre el período previo a las clases dominicales a fin de que el maestro esté disponible para recibir a los alumnos y hablar con ellos antes del primer himno.

• Usted puede ayudar a aquellos miembros que se sienten ineptos para enseñar, compartiendo con ellos su propia confianza en lo natural que es el compartir el discipulado, esa clase de aprendizaje que todos juntos podemos efectuar como Científicos Cristianos. (Los dos primeros artículos de esta serie pueden también ser una ayuda en este punto.)

• A menudo, la comisión directiva pide al superintendente que entreviste a posibles maestros y que recomiende designaciones. Ésta es una magnífica oportunidad para que el superintendente y el candidato a maestro consideren juntos el claro y completo plan de nuestra Guía para el aprendizaje de los niños, y para abordar interrogantes esenciales que a los maestros se les presentan a medida que empiezan a enseñar. La experiencia de un candidato es importante; pero la preparación espiritual es más importante aún. El amor por los niños y por la Ciencia Cristiana son los ingredientes primordiales.

• Puede que usted quiera mantener a los miembros informados de cómo está progresando la Escuela Dominical de ellos, e informarles sobre necesidades o desarrollos especiales para que ellos puedan apoyarlos con sus oraciones. Esto, en parte, se puede hacer mediante informes regulares en las reuniones de los miembros, pero también es natural mantener activa una comunicación casual a fin de alentar el interés y apoyo individuales.

• Uno de los deberes semanales importantes del superintendente es el de leer la “exposición científica del ser”, Ver Ciencia y Salud por la Sra. Eddy, pág. 468. justo antes de concluir la Escuela Dominical. De esta manera especial, la instrucción en las clases está relacionada con la norma absoluta de la Ciencia Cristiana, sobre la cual descansa toda la enseñanza. Esto pone el sello de pureza y de verdad espiritual a la enseñanza, y prepara a los alumnos y maestros para otra semana llena de demostraciones prácticas de la Ciencia Cristiana en acción.

Usted ya ha encontrado muchas de las ricas bendiciones que reciben los Científicos Cristianos que dedican tiempo para ayudar a la juventud a ser discípulos del Cristo, la Verdad. La Sra. Eddy escribió la siguiente bendición para el superintendente y los maestros de la Escuela Dominical de La Iglesia Madre, pero esta bendición es aplicable a todos los que aman la promesa de la enseñanza que ella ha obsequiado a los niños del mundo: “Estad ciertos de que tal idoneidad y fidelidad como la vuestra en los dignatarios de mi iglesia dan a mi soledad un dulce descanso. Es una alegría saber que aquellos que son fieles en los compromisos básicos, tales como la educación cristiana de los amados niños, cosecharán el premio de la rectitud, se elevarán en la escala del ser y reconocerán al fin la promesa de su Maestro: ‘Y serán todos enseñados por Dios’ ”.The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany, pág. 230.

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