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[Original en español]

Estoy agradecida a Dios por la Ciencia Cristiana, la cual me ha...

Del número de agosto de 1984 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Estoy agradecida a Dios por la Ciencia Cristiana, la cual me ha traído muchas bendiciones. Llegué a conocer la Ciencia Cristiana al escuchar el programa de radio, “La Verdad que sana”. Después, escribí a una practicista y le pedí ayuda mediante la oración para el reumatismo, que los médicos no habían podido curar. Al poco tiempo, el reumatismo desapareció.

Con esta curación comencé por mi propia cuenta el estudio de la Ciencia divina, ya que donde vivo no hay ninguna filial de la Iglesia de Cristo, Científico. Supe más tarde que había un grupo de Científicos Cristianos como a unos 40 kilómetros de distancia, y me comuniqué con ellos. Ahora, aunque todavía no soy miembro de La Iglesia Madre, me reúno semanalmente con dos señoras vecinas para leer la Lección Bíblica del Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana.

He resuelto varios problemas con la Ciencia Cristiana, pero esta vez deseo expresar especialmente mi gratitud por la curación de mi hijo. Él comenzó a caminar con tanta dificultad que lo llevé a un médico, quien le tomó una radiografía. Mientras estudiaba la radiografía todavía mojada, el médico me explicó que el chico tenía una rajadura en el hueso de la rodilla y él creía que era necesaria una operación, pues la condición podría empeorar con el tiempo. Sin embargo, no me pudo dar garantía del buen resultado de la operación, y me dijo que la pierna quedaría rígida permanentemente.

En mi desesperación, me puse en contacto con una practicista, y le pedí que orara por mi hijo. En poco tiempo, el chico pudo caminar y correr sin dificultad, y llegó a ser el segundo en saltos en la escuela. Pero aún así, persistían mis dudas, y, para tranquilizarme, hice que le sacaran otra radiografía. El médico que tomó la segunda radiografía la comparó con la primera y dijo que ninguna de las rodillas mostraba ahora lesión alguna.

No puedo describir la profunda gratitud que siento por la Ciencia Cristiana. Doy este testimonio para alentar a otros como yo lo he sido al leer los testimonios de las publicaciones periódicas de la Ciencia Cristiana. La primera practicista con quien me comuniqué, me escribió en su carta: “Cristo Jesús dijo (Juan 8:32): ‘Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres’. ¿Libres de qué? De la enfermedad y de todo mal”. Estas líneas me han acompañado durante todos estos años y me han sido de gran ayuda.


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