“Fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación”, 1 Pedro 1:18, 19. nos dice la Biblia.
Pero, ¿qué es exactamente este poder redentor, esta sangre preciosa de Cristo?
Considerada anatómicamente, el propósito de la sangre es hacer circular la sustancia que necesita el cuerpo y eliminar lo que no necesita.
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