A menudo, a los miembros de las iglesias se les ocurren innovaciones en la manera de compartir las conferencias sobre Ciencia Cristiana. Estos miembros sienten un profundo interés por sus vecinos, y lo demuestran a través de la oración y escuchando a Dios. Los resultados son ideas inspiradoras y la forma correcta de implementarlas en cada situación individual. Este trabajo ayuda a implementar el Artículo XXXI, Sección 2, del Manual de La Iglesia Madre por la Sra. Eddy, que en parte dice: “Es deber del Cuerpo de Conferenciantes incluir en cada conferencia una respuesta verídica y justa a comentarios que se hagan en público condenando la Ciencia Cristiana, así como dar fe de los hechos relativos a la vida de la Pastora Emérita”.
Mientras se preparaba para su próxima conferencia, el comité de conferencias de una iglesia filial permitió que uno de sus miembros hiciese una encuesta en la que preguntaba a la gente del pueblo su actitud con respecto a la Ciencia Cristiana y hacia la religión en general. El objeto de esta encuesta era el de ayudar al comité a determinar la mejor manera de apoyar la conferencia a través de la oración. Un miembro del comité entrevistó a las personas que pasaban delante de la biblioteca de la localidad.
Después de escuchar la grabación de estas breves entrevistas, el comité estuvo de acuerdo en que la gran mayoría de sus vecinos no eran hostiles hacia la Ciencia Cristiana, sino que carecían totalmente de información acerca de sus enseñanzas básicas. Además, el comité identificó varios conceptos que trataban de impedir que la gente encontrara en la Ciencia Cristiana las respuestas a sus necesidades.
Entre ellos estaban: “(1) la convicción de que si los métodos de la medicina no son los únicos confiables, son, por lo menos, los más seguros de curación; (2) las enseñanzas religiosas que sostienen que si bien Dios existe, El es prácticamente desconocido y por alguna razón inescrutable, permite la existencia del mal; (3) las enseñanzas de las llamadas ciencias naturales, que sostienen que el universo puede ser explicado únicamente sobre la base de la ley y causalidad físicas”.
Para determinar la mejor manera de disipar estas barreras que impiden a la gente recurrir a la Ciencia, el comité decidió trabajar con el capítulo “La ciencia, la teología, la medicina” de Ciencia y Salud. Se envió una carta a cada miembro con los resultados de las encuestas obtenidas por el comité, y se agregó: “Estos son algunos de los elementos del pensamiento mortal que pretenden oscurecer la luz de la Verdad y mantener a nuestros vecinos — y a nosotros mismos, si no estamos alerta — en la oscuridad”. Luego, la carta solicitaba a cada miembro que estudiase por lo menos una de las tres secciones en que se divide “La ciencia, la teología, la medicina”, e invitaba a los miembros a compartir lo que pensaban al respecto en una reunión de preparación para la conferencia.
La respuesta a la carta fue entusiasta, y un porcentaje de miembros mayor que lo habitual concurrió a la reunión. Después de escucharse algunos extractos de la grabación de la encuesta, los concurrentes se dividieron en grupos de acuerdo con la parte del capítulo que habían leído, y compartieron las ideas que habían logrado como resultado del estudio. La conferencia misma contó con una audiencia excepcionalmente numerosa que incluía a muchas personas que asistían por primera vez.
Otra carta de un miembro de una iglesia filial muestra el impacto sanador proveniente de la desinteresada oración como preparación para una conferencia:
“Hace poco más de un año supe que un adolescente, el hijo menor de una señora divorciada que vive cerca de nuestra casa, había asaltado, junto con otro muchacho, dos casas cercanas y robado algunas joyas. Aunque yo no conocía muy bien a la señora, sentí una gran compasión hacia ella, mientras trataba de ver y afirmar la verdad sobre la situación.
“Precisamente en esa época, nuestra iglesia filial se estaba preparando para dar una conferencia titulada: ‘¿Cómo ora usted?’ La noche de la conferencia, al mirar hacia el auditorio, vi a la madre del joven. Supe que ella se había sentido inspirada a concurrir a la conferencia por su título relacionado con la oración.
“Unas semanas más tarde, me detuve en su casa para compartir con ella un testimonio de un Christian Science Sentinel que contenía ideas interesantes que se podían relacionar con el problema por el que estaba pasando su hijo. Me pidió que a la semana siguiente la acompañara al tribunal de menores, en cuya oportunidad el juez iba a considerar el caso de su hijo. Así lo hice. El joven fue puesto en libertad condicional bajo la custodia de su madre. Sentí que el apoyo metafísico que pude aportar a la situación fue el resultado directo de mi trabajo de oración como preparación para nuestra conferencia”.
Una iglesia filial en Londres decidió auspiciar una conferencia, dedicada especialmente a estudiantes, en una universidad que no tenía una organización de la Ciencia Cristiana. Era la primera vez que se iba a dar un conferencia sobre Ciencia Cristiana en esa universidad. El plan surgió después de que el comité de conferencias de la iglesia filial se reunió con los jóvenes de la iglesia para que aportaran sus ideas. Poco después, otra iglesia filial nos ofreció ayuda.
Después de orar y escuchar continuamente, se invitó a jóvenes Científicos Cristianos de todo Londres a ayudar con los preparativos. La promoción y publicidad se llevaron a cabo diligente y cuidadosamente. Un informe de los sucesos dice: “Todas estas actividades tuvieron el apoyo de un trabajo metafísico profundo. Los jóvenes sintieron que había temas específicos — tales como libertad sexual, alcoholismo, adicción a las drogas, marxismo, homosexualidad, soledad, magia negra y astrología, así como las pretensiones de las ciencias materiales — que debían ser tratados por medio de la oración, para grupos de esa edad. Se le informó sobre esto al conferenciante y el trabajo de preparación para la conferencia fue encarado por los miembros en conjunto.. . La noche de la conferencia, el salón estaba lleno.. . y entre los numerosos asistentes había muchos que concurrían por primera vez.
Como resultado de la oración, una iglesia en Nueva York decidió obsequiar ejemplares de la Biblia, de Ciencia y Salud y del Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana debido a que, después de la conferencia, las personas que asistían por primera vez hacían preguntas sobre la Lección-Sermón (del Trimestral).
Muchas iglesias filiales y sociedades han aprovechado la nueva oferta hecha por el Agente de Publicación de un paquete especial que contiene doce ejemplares de Ciencia y Salud, edición en rústica. Cada libro está envuelto en plástico transparente e incluye una tarjeta ofreciendo una suscripción gratis por seis meses para el The Christian Science Journal. Junto con los libros viene una tarjeta apropiada para exhibirse en un vestíbulo. A menudo, una iglesia provee ejemplares de ediciones en rústica de la Biblia junto con el libro de texto, y se ponen a disposición de quienes concurren por primera vez. Las filiales pueden pedir estos paquetes especiales a través de sus Salas de Lectura. En este momento, esta oferta está disponible sólo en los Estados Unidos de América.
Hay muchos ejemplos que muestran cómo el verdadero interés por nuestros vecinos ha permitido que surjan los medios adecuados para responder a necesidades individuales.
Una señora de una gran ciudad metropolitana escribe sobre su primera invitación a una conferencia: “En esta época de mi vida estaba pasando por un momento particularmente difícil y traumático. La vida era verdaderamente oscura, destructiva en cada uno de sus aspectos.. . Esta vecina, esta nueva amiga, con su solícita inteligencia y su aguda percepción, comprendió gran parte de mi dilema y dio los primeros pasos para ayudarme. Tiernamente y con mucho tacto me invitó a una conferencia sobre Ciencia Cristiana. Ella realmente me estaba ofreciendo amor, el amor que yo tanto necesitaba, y yo lo acepté y con un entusiasmo como no había sentido durante mucho tiempo”.
Ella continúa: “Tuvimos que sentarnos en la galería.. . Quedé muy impresionada por la cantidad y diversidad de gente que se veían felices y a la búsqueda de algo.. . Sin embargo, esto no era el tipo de cristianismo con el que había estado superficialmente familiarizada durante mi niñez y adolescencia. Aquí había perdón, verdadera esperanza, y un gozo que era muy contagioso. Y yo me contagié”.
Para esta persona, el mensaje de la conferencia fue como un “faro de luz” que finalmente la sacó “fuera de las aguas oscuras hacia la Ciencia Cristiana”.
Ella comenta: “¡Cuánta gente estará ‘allá afuera’, lista para escuchar su primera conferencia¡ ¡Cuánta gente que simplemente necesita saber cuán especiales y amados son en realidad¡ No es necesario ser un Científico Cristiano, ni siquiera un cristiano, pues los conferenciantes inician su conferencia exponiendo muy claramente los conceptos básicos para que todos puedan entender. Todo lo que uno tenía que sentir para estar allí, era un profundo desagrado por la fría existencia material que uno había experimentado, y tener un anhelo por algo mucho mejor. ¡Aquí estaba!”
En cada uno de estos ejemplos, la oración y un activo interés ayudaron a disolver las barreras de la creencia mortal que quisiera impedir que la gente se dé cuenta de que pueden encontrar en la Ciencia Cristiana las respuestas que buscan. A medida que nos preparamos para las conferencias, podemos saber que el Cristo está siempre activo en la consciencia humana, atrayendo a la humanidad a la luz. En nuestras oraciones, podemos ser guiados a percibir los falsos conceptos que intentan impedir esta atracción natural, y podemos reconocer el poder del Cristo para destruir estas ilusiones. Entonces, nuestros vecinos estarán libres para ver que una conferencia sobre Ciencia Cristiana es justamente el faro que ellos habían estado buscando.
[Extractos compilados de la sección “The Church in Action” del The Christian Science Journal. ]
