En los últimos meses hemos recibido gran cantidad de poemas y de testimonios escritos por niños, y nos ha encantado leer cada uno de ellos. Desearíamos poder publicarlos todos, pero no tenemos espacio suficiente.
Algunos niños y niñas nos escribieron acerca de experiencias similares. Algunas veces expresando ideas muy diferentes. Casi todos escribieron acerca de la oración. Algunos dijeron que oraron por ellos mismos. A veces, su mamá y papá, o un practicista, también oraron por ellos. Antes que ustedes continúen leyendo, creemos que es necesario decir algo sobre la oración.
Las personas que estudian Ciencia Cristiana tratan de orar como lo hacía Cristo Jesús. Esto significa permanecer callado y sereno, para poder así escuchar a Dios. La oración consiste en escuchar a Dios, más que en decirle a El lo que queremos, o lo que pensamos que El necesita saber.
Jesús dijo a sus discípulos que no orasen como quienes lo hacen para ser vistos. El dijo: “Cuando ores, ve a tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre en privado. Tu Padre que ve todas las cosas en lo privado te recompensará”. Mateo 6:6 (Traducción de J. B. Phillips). La versión Reina-Valera de la Biblia dice: “Tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”. Luego, les dio un ejemplo acerca de cómo orar, que comienza: “Padre nuestro que estás en los cielos”. Ustedes probablemente saben cómo sigue. Se llama el Padre Nuestro. También pueden encontrarlo en Mateo, capítulo 6.
En cierta manera, estamos orando cuando tratamos de hacer cosas buenas y de mantener buenos pensamientos. Y cuando decimos “quédate quieto” a algún pensamiento de enojo, de temor, o que quisiera decirnos que algo nos duele, podemos escuchar mucho mejor a Dios, nuestro Padre-Madre.
Dios siempre nos está dando ideas, diciéndonos cosas acerca de El mismo. Recibimos ideas tales como “Dios es Todo-en-todo. Realmente todo es muy bueno porque Dios lo hizo. No creas en lo que no es bueno, no puede ser real”. También Dios nos dice: “Tú eres Mi reflejo. Eres hermoso, completo, puro e inocente porque eres Mi propio hijo”. De modo que nunca tenemos que sentirnos temerosos por nada.
Es posible que encuentren la palabra “error” en lo que los niños y las niñas han escrito. También es importante saber lo que eso significa.
Error significa algo que no es real porque no es bueno y Dios no lo hizo. Podemos decir que es “error” cuando hablamos sobre odio, sobre el temor a lastimarnos o a quedarnos solos, sobre la enfermedad, la pérdida de cosas, la preocupación de que alguien pueda morir, o cuando pensamos que el mundo está hecho de materia. Error es cualquier pensamiento malo o que atemoriza, ya sea grande o pequeño. En realidad, no es el propio pensamiento de uno, de modo que no hay que pensar en ello.
Nos agrada la forma en que quienes nos escriben se sienten tan seguros de que Dios está cerca y que tiene más poder que ninguna otra cosa, ya sea enfermedad, dolor o el deseo de robar. Están seguros de que El es un Dios bueno, ¡y eso basta!
Les agradecemos a todos los que nos han escrito. Esperamos que todos disfruten de la lectura de estas colaboraciones que hemos elegido.
— primer grado
Tuve varicela, pero no me sentía triste. Sabía que Dios estaba conmigo. Antes de acostarme dije mis oraciones y, a la mañana siguiente cuando desperté, oré y supe que si Dios no hizo el error, entonces yo no me podía enfermar. En la noche me fui a la cama. A la mañana siguiente, me sentía mejor y un poco más tarde estaba completamente bien.
Covina, California, E.U.A.
— tercer grado
Mi amiga estaba saltando en mi trampolín y se torció el tobillo, le dije que yo podía orar por ella. Cerré los ojos y oré a Dios, así: “Mi amiga parece haber sufrido un pequeño accidente y quiero ayudarla, pero no sé cómo hacerlo por mí misma. ¿Tú me podrías ayudar?” Cuando abrí los ojos, ella estaba bien, y dijo: “¿Qué hiciste?”
Le dije: “Simplemente oré”.
Edmond, Oklahoma, E.U.A.
— segundo grado
Cuando pasé a segundo grado, tenía la costumbre de robar, al comienzo sólo un poco, pero después mucho. Una vez mi mamá se dio cuenta. Yo no sabía qué hacer, pero oré a Dios junto con mi mamá. Oré sabiendo que Dios no había creado a nadie con deseos de robar. Al principio, aún sentía la tentación de robar, pero a medida que continuaba orando, me daba cuenta de que no había razón para hacerlo, por tanto, expulsé esa tentación de mi pensamiento. Y a partir de ese momento, no he vuelto a robar ni tampoco he sentido la tentación de hacerlo. Esta curación me llevó tres o cuatro días de orar con dedicación.
Lake Stevens, Washington, E.U.A.
— tercer grado
Si Dios tiene todo el poder,
¿cómo puede el error una torre hacer?
Si Dios puede sanar,
¿cómo puede el error vociferar?
Si Dios no conoce edad,
¿cómo puede el error el tiempo contar?
Roswell, Nuevo México, E.U.A.
— cuarto grado
Cuando tenía siete años, me fracturé el brazo mientras me ejercitaba en las barras en la escuela. Me dolía el brazo, pero no tenía idea de que estuviese roto.
Oré respecto a esta situación y también lo hicieron mis padres. Sabía que era la hija perfecta de Dios y que el error no podía impedirme ser la hija perfecta de Dios.
El brazo sanó mucho más rápido de lo que se suponía. Estoy muy agradecida a Dios. El hace mucho por mí, y El hace mucho por ustedes.
El sana nuestras lastimaduras, El nos ayuda si nos sentimos enfermos, y también hace muchas otras cosas por nosotros.
Palo Alto, California, E.U.A.
— tercer grado
Estaba ayudando a mi papá a apilar la leña que él acababa de cortar. La madera tenía hiedra venenosa. Toqué la hiedra venenosa y, a los pocos días, tenía toda la cara y los brazos cubiertos de erupción e hinchados y me daba comezón, síntomas de envenenamiento por la hiedra venenosa.
Me puse a orar. Dios no hizo la hiedra para que hiciera daño ni a mí ni a nadie. La Biblia dice: “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera”. Gén. 1:31. Estuve atento a los buenos pensamientos provenientes de Dios. Me hicieron sentir libre y feliz. La hinchazón dejó de asustarme. Y desapareció realmente muy rápido.
Scott Depot, Virginia Occidental, E.U.A.
— primer año, escuela secundaria
Nuestro Señor es nuestro Pastor,
Y nosotros somos Sus corderos.
Nuestros padres vuelven a hablar de Su amor.
Nos explican cuán valiosa es la verdad,
Y otros hechos grandiosos del reino celestial.
Somos todos hermanos de una sola familia.
Juntos cantamos y oramos
A Dios, quien a todos nos ha mostrado
Que el error debe ser expulsado.
Poole, Dorset, Inglaterra
— sexto grado
El día de hoy fue tan hermoso.
Fue transcurriendo tan armonioso.
Hoy hubo tanto gozo en mi corazón
Aun en cada instante.
Me regocija que Dios me circunde
Con todo Su amor.
Unalaska, Alaska, E.U.A.
— sexto grado
Un día, cuando estaba en tercer grado, no me sentía bien, entonces la maestra me envió a la enfermería de la escuela. La persona que atendía la enfermería me dijo que tenía una temperatura muy elevada. Mi mamá me vino a buscar y juntas cantamos himnos. Especialmente el himno: “ ‘Apacienta mis ovejas’ ” por Mary Baker Eddy. Mamá hizo que se lo explicara y que realmente tratara de comprenderlo. (Comienza diciendo: “La colina, di, Pastor, / cómo he de subir; / cómo a Tu rebaño yo / debo apacentar...” Himnario de la Ciencia Cristiana, N.° 304.)
Muchos niños estaban faltando a la escuela porque tenían gripe. Mi mamá y yo oramos para saber que todos los hijos de Dios son perfectos y que no podía haber ninguna enfermedad.
Era miércoles por la tarde, y mis padres y yo habíamos planeado ir a la iglesia, a la reunión de testimonios. Después de cenar dormí un rato, y cuando desperté había sanado por completo. Fui a la reunión de testimonios muy sonriente, y volví a la escuela sintiéndome perfectamente bien.
Viena, Virginia, E.U.A.
— segundo grado
Una noche me quedé levantada hasta tarde, pues me dolía la garganta. Oré declarando que Dios es bueno y que Dios no hizo el error. Le dije a mi mamá y ella también oró por mí. A la mañana siguiente cuando me desperté estaba bien. Sabía que Dios no había creado la enfermedad.
Covina, California, E.U.A.
— segundo grado
Amamos a Dios más que a ninguno.
Los pensamientos de Dios nos ayudan a cada uno.
Dios nos ama, Dios es Amor y en El no hay mal.
Nadie ama más a Dios, de lo que nos ama El.
¡DIOS ES AMOR!
Houston, Tejas, E.U.A.
Nota de los Redactores:
Cuando un padre es estudiante de Ciencia Cristiana debe estar alerta y ver que su hijo se quede en casa si aparenta tener una enfermedad que pueda ser considerada contagiosa; también, si es necesario, debe notificar los síntomas a las autoridades de salubridad pública del pueblo o ciudad en donde residen. (Esto fue lo que hicieron los padres de Sarah Sandt.)
En una situación en la que aparentemente hay fractura de un hueso, los Científicos Cristianos pueden optar por acudir a un cirujano para que arregle el hueso, de acuerdo con la declaración de la Sra. Eddy en Ciencia y Salud (401:31–8).
Los padres de Amy Lumm la llevaron al médico para que le ajustara el brazo en su lugar. Posteriormente, el médico comentó que el brazo había sanado tan rápido que ella debió haber recurrido a algún medio espiritual.
Los grados que se indican corresponden al grado que estaban cursando los niños cuando enviaron sus manuscritos. ¡No cabe duda que en el momento que se publique esta revista ya todos habrán pasado de grado!
Nota para jóvenes colaboradores
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