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Tomado de la mano de Dios

Del número de junio de 1987 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Una tarde se esperaba que Bernardo durmiera su siesta, pero cuando puso la cabeza en la almohada, el oído le comenzó a doler y se echó a llorar. Su mamá entró y lo tomó en sus brazos.

Lo llevó a la habitación de ella y se sentaron en la cama grande. Algo que a Bernardo le gusta, y que lo mantiene quieto, es cuando su mamá toca la guitarra y canta himnos del Himnario de la Ciencia Cristiana. Y eso fue lo que ella hizo.

Primero, su mamá cantó himnos de la Sra. Eddy, y, luego, cantó otros de sus himnos favoritos. A Bernardo le gusta escuchar todas las noches, a la hora de acostarse, este himno:

Poder y paz encuentro en Ti, Señor,
viviendo en Ti no pido nada más,
y nada temeré, divino Amor,
pues, sé que Tú conmigo siempre estás. Himnario, N.° 7.

Bernardo durmió un rato esa tarde, y, luego, se sintió lo suficientemente bien como para jugar con Jaime, su hermano mayor, antes de la cena. Pero más tarde, esa noche, después de acostarse, Bernardo se despertó. Comenzó a llorar y dijo que le dolía el oído. En esta ocasión, no quería que su mamá le cantara ni siquiera que hablara en voz alta.

Su mamá lo tomó en sus brazos, y manteniéndolo en su regazo le dijo suavemente: “Dios te está amando ahora mismo. Aun cuando el error trata de decirte que algo te duele o te hace llorar, Dios te está amando. ¡Su amor es el único poder que existe! Cualquier otra cosa es una mentira, y una mentira no te puede lastimar”.

Cuando Bernardo dejó de llorar y se calmó nuevamente, su mamá lo besó y lo arropó para que se durmiera. “Puedes tomar la mano de Dios y dormir en paz. Solamente escucha todos los buenos pensamientos que Dios te está comunicando”. Bernardo se durmió casi antes de que su mamá saliera de la habitación.

En la mañana, un niño feliz fue corriendo a decirles a su mamá y a su papá “me siento completamente bien”. Se subió a la cama grande de sus padres y se sentó arriba del estómago de su papá.

“¡Me siento completamente bien! ¡Tomé la mano de Dios y dormí y estoy completamente bien!” y, ¡él estaba completamente bien!

Nota de la madre:

Después de haber acostado a Bernardo, abrí mi ejemplar de Ciencia y Salud y busqué la palabra oídos y el significado espiritual que la Sra. Eddy da: “No los órganos de los llamados sentidos corporales, sino comprensión espiritual”. Ciencia y Salud, pág. 585. El pensamiento de que la comprensión espiritual es posible a cada hijo de Dios — que no depende de edad u órganos — fue verdaderamente consolador para mí. Yo sabía que Bernardo estaba bajo el cuidado de Dios, que su Padre-Madre Dios estaba siempre presente y que le hablaría en una forma que él entendería.

Yo escuché lo que Dios me estaba diciendo. Entonces, buscando en Escritos Misceláneos por la Sra. Eddy, encontré esta cita: “¿Qué es el reino de los cielos? La morada del Espíritu, el reino de lo real. Allí no existe materia, no hay noche — nada que haga o diga mentira. ¿Está muy distante este reino? No: está aquí, siempre presente”. Esc. Mis., pág. 174. Cuando sentí que todo estaba bien me fui a dormir.

Hemos tenido muchas curaciones maravillosas en la Ciencia Cristiana, tanto para nuestros hijos como para nosotros, curaciones de dificultades físicas así como de otros aspectos de nuestra vida. ¡Cuánto agradecemos a Dios por Su cuidado tan amoroso!

Esta curación en particular fue sobresaliente porque Bernardo supo, sin tener ninguna duda, que Dios lo había sanado, que confiar en Dios y tomar su mano le habían dado paz y consuelo.

Las experiencias de curaciones en los artículos del Heraldo se verifican cuidadosamente, incluso en los artículos escritos por niños o para niños.

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