En cuanto
me dediqué
a sacar
la viga de mi propio ojo‚
ya
no pude mirar
la paja en el tuyo
nunca más.
Del número de julio de 1987 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana
En cuanto
me dediqué
a sacar
la viga de mi propio ojo‚
ya
no pude mirar
la paja en el tuyo
nunca más.