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¿Qué obstruye su camino?

Del número de agosto de 1987 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


A veces‚ tal vez nos parezca que lo que se interpone entre nosotros y la felicidad‚ o alguna meta que valga la pena alcanzar‚ es una larga lista de personas o cosas que‚ de un modo u otro‚ representan un obstáculo. Por ejemplo‚ tal vez haya alguien en nuestro trabajo que está impidiendo nuestro progreso‚ o quizás cierto pariente no nos deja sentir paz en nuestra familia. Otros pueden pensar que es la economía‚ la educación o su pasado personal que los limita. La lista de tales llamados “obstáculos” puede ser interminable. Aun a nivel global‚ tal vez pensemos que una nación o grupo de personas está impidiendo la paz mundial y‚ por lo tanto‚ poniendo en peligro la seguridad de todos.

Juzgando por lo que está ocurriendo a nuestro alrededor‚ podríamos concluir que estas barreras son insuperables‚ y que lo seguirán siendo por bastante tiempo. Y‚ de igual modo‚ tal vez dejemos de tomar los pasos necesarios‚ como los hijos de Israel vacilaron cuando escucharon sobre la oposición que tendrían que enfrentar cuando entraran en la Tierra Prometida. Moisés había enviado doce espías a explorar la tierra de Canaán‚ y los doce hombres volvieron con diferentes informes. Uno de ellos‚ llamado Caleb‚ dijo: “Subamos luego‚ y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos”. Otro hombre‚ llamado Josué‚ estuvo de acuerdo con él‚ pero los otros diez “hablaron mal entre los hijos de Israel‚ de la tierra que habían reconocido”‚ arguyendo que “el pueblo que habita aquella tierra es fuerte”‚ y enumerando una impresionante lista de su pujanza. Ver Núm. 13:17-33.

Caleb y Josué intuitivamente deben de haber percibido algo más de lo que los otros vieron‚ porque no se dejaron impresionar por el tamaño o el poder de la oposición. La Biblia dice de Caleb que “hubo en él otro espíritu”. Núm. 14:24. Este versículo indica por qué su informe fue diferente del de los demás: podríamos decir que Caleb tenía un fuerte sentido espiritual. El sentido espiritual es lo opuesto del sentido personal y material‚ que es la tendencia a aceptar un punto de vista materialista acerca del hombre y ver la creación como millones de personas mortales en conflicto. El sentido espiritual es otorgado por Dios y deriva su información del Espíritu divino‚ Dios. Sólo reconoce el gobierno de la única Mente‚ Dios‚ en contraste con el argumento de que hay muchas mentes en conflicto. Es mediante el sentido espiritual que Dios nos revela la perfección y bondad de Su creación.

Cada evidencia de decencia y honestidad que percibimos en nosotros y en los demás‚ muestra que el sentido espiritual está penetrando la neblina del sentido personal‚ el que argumenta en favor de personalidades egoístas. El sentido espiritual acepta el hecho de que el hombre expresa a Dios. Este reconocimiento de que cada uno de nosotros es hijo de Dios nos capacita para ser más cooperadores‚ cariñosos y promotores de esfuerzos justos. Es sólo la voluntad humana — el elemento no regenerado en la consciencia humana — lo que quisiera ver o ser una persona pendenciera o ignorante‚ porque los hijos de Dios expresan perfección y amor en todo momento.

Una mentira‚ un concepto falso acerca de nosotros y de los demás‚ nos hace creer que hay personas o cosas que puedan obstaculizar nuestro progreso. Este falso sentido quisiera argüir que somos mortales que poseemos sólo un bien limitado y que‚ por lo tanto‚ todos deben pelear para conseguir un monopolio del bien con exclusión de otros. Nos diría que algunas de las características de los mortales abarcan avaricia‚ envidia‚ celos‚ rivalidad. Quisiera insinuar que‚ con raras excepciones‚ todos somos motivados por el egoísmo. Lo que parece obstruir nuestro progreso es‚ entonces‚ nada más que la opacidad de nuestro propio pensamiento‚ que emana de este falso concepto. La mente materialista o el argumento de que hay personalidades en pugna necesita ser desafiado en nuestro pensamiento. El concepto materialista del hombre debe ser reemplazado con un concepto más claro y espiritual acerca de Dios y del hombre.

La resistencia a este nuevo concepto puede que provenga de nuestro propio orgullo‚ prejuicio o impaciencia‚ que quisieran actuar como una ley de obstrucción en nuestra experiencia. Y esta clase de pensamiento restrictivo “no sale sino con oración y ayuno”. Mateo 17:21. Oramos cuando mantenemos en nuestro pensamiento la omnipresencia de Dios y la bondad de Su creación‚ y lo vivimos en nuestra vida. El espiritualizar nuestro pensamiento significa seguir la admonición de la Biblia: “Haya‚ pues‚ en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús”. Filip. 2:5. A medida que hacemos esto‚ estamos conscientes del poder y de la presencia de Dios. Crecemos en nuestra comprensión de la naturaleza espiritual del hombre y la abundancia de la bondad de Dios. Este crecimiento se evidencia en mayor espiritualidad‚ en un carácter más semejante al Cristo en nuestros asuntos diarios. Por lo tanto‚ las sugestiones agresivas de temor‚ odio‚ inferioridad‚ que quisieran conseguir nuestro consentimiento y adopción‚ comienzan a perder su validez y van progresivamente desapareciendo de nuestra experiencia.

De manera que vemos que cualquier obstáculo que se nos presenta está relacionado con nuestro propio punto de vista mental. Un punto de vista basado en la materia — la percepción de que la vida es una lucha por un bien limitado — paraliza el progreso‚ mientras que un punto de vista basado en el Espíritu lo promueve. Los puntos de vista basados en el Espíritu, emanando de la perfección e infinitud del bien‚ jamás son limitados o restrictivos‚ sino siempre expansivos. La Sra. Eddy nos alerta con estas palabras: “Es el materialismo de los estudiantes lo que les obstruye el progreso‚ y ‘este género no sale sino con oración y ayuno’ ”.Escritos Misceláneos, pág. 156.

Cuando el sentido personal‚ todo pensamiento opuesto al bien‚ trata de argumentar que somos víctimas de la burocracia‚ de la politiquería en las oficinas‚ o de la dominación familiar‚ podemos dejar que el sentido espiritual nos revele que nuestro progreso nunca puede ser obstruido. Mediante el sentido espiritual‚ escuchamos a Dios hablando a cada uno de nosotros: “He puesto delante de ti una puerta abierta‚ la cual nadie puede cerrar”. Apoc. 3:8.

Un joven Científico Cristiano comprobó esto en su experiencia. Se había ido de la universidad en su ciudad natal a otra fuera del país. Después de haber pasado allí un año‚ decidió quedarse y graduarse allí. Pero cuando su tutor presentó la solicitud a las autoridades de la universidad‚ le informaron que‚ en vez de un año‚ el estudiante tendría que permanecer allí dos años más‚ pues los estudios cursados en su previa universidad no serían totalmente reconocidos. Esa decisión parecía injusta‚ y el estudiante no podría permanecer dos años más allí porque no tenía el dinero para cubrir los gastos extras. Pero lo que realmente le perturbó fue que hacía poco había decidido solicitar‚ por primera vez‚ ser miembro de una filial de la Iglesia de Cristo‚ Científico. Y si de inmediato tenía que irse‚ no le sería posible hacerse miembro. Así‚ ni bien se le informó sobre tal decisión, el estudiante fue a la Sala de Lectura de la Ciencia Cristiana de la localidad. Allí oró para ver que ninguna personalidad mortal‚ ni institución‚ ni poder‚ jamás podía obstruir el verdadero progreso. Y que nada podría impedirle tener una consciencia espiritualizada‚ mantener en su pensamiento la bondad y la justicia de Dios y rehusar entretener pensamientos de frustración y desilusión. Había afirmado que Dios no sólo es eterno e infinito‚ sino también bueno y‚ por lo tanto‚ el bien tenía que desarrollarse eternamente y en infinitas formas para todos los hijos de Dios. El hombre de Dios está dotado de la consciencia permanente de progreso y utilidad.

Después de orar de esta manera, estuvo preparado para confiar a Dios el resultado. Siguió adelante con los pasos que parecían más naturales‚ a saber‚ apelar a los reglamentos de la universidad mediante las vías provistas. Al final‚ le hicieron una concesión especial. Le dijeron que si aprobaba el próximo examen anual con un determinado nivel de calificación‚ podría quedarse y le reconocerían las calificaciones de sus estudios anteriores. Pasó el examen y pudo terminar allí sus estudios.

Todo el bien está al alcance de aquel que vence las mentiras acerca de Dios‚ el bien‚ y acerca de Su creación. Y lo que vencemos jamás son personas o lugares‚ sino mentiras agresivas que se presentan ante nuestro pensamiento solicitando entrada. No tenemos que aceptar en nuestra experiencia conceptos limitados opuestos al bien‚ o pensamientos pecaminosos‚ ni lo que el sentido personal erróneamente cree y argumenta‚ sino lo que el sentido espiritual sabe que es verdadero‚ eso es lo importante. Como resultado de nuestra creciente naturaleza a la semejanza del Cristo‚ podemos comenzar a demostrar ahora un mayor dominio sobre la mentira de que personalidades o situaciones materiales pueden obstruir nuestro camino. De esta manera‚ demostramos nuestra naturaleza ilimitada como hijos de Dios.

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