En noviembre del año pasado, publicamos extractos de cuatro informes que se dieron en ese año en la Asamblea Anual de La Iglesia Madre, La Primera Iglesia de Cristo, Científico, en Boston, Massachusetts, E.U.A. Nos complace publicar, ahora, extractos de tres informes más. Estos, junto con los ya publicados, son un relato abreviado de la Asamblea Anual de 1987, en la que se subrayó la misión de La Iglesia Madre en su ministerio sanador en bien de “la humanidad en la encrucijada”.
Informe de la Secretaria
Hoy en día, nuestro pensamiento se concentra en todo lo relacionado con la Iglesia. Pero, como miembros de La Iglesia Madre, ¿acaso no está la Iglesia cerca de nuestros corazones todos los días? Yo creo que sí, porque la Oficina de la Secretaria recibe noticias de muchos de ustedes.
Individual y colectivamente, deseamos ver a nuestra Iglesia y su misión sanadora bendiciendo a toda la humanidad.
La Sra. Eddy dice: “Nuestros lemas son la Verdad y el Amor; y si moramos en ellos, éstos abundarán en nosotros, y seremos uno en corazón —uno en motivo, propósito y empeño. Si permanecéis en el Amor, ninguno de vosotros puede ser separado de mí; y la dulce sensación de que viajamos juntos, haciendo a los demás lo que quisiereis que ellos hicieren con vosotros, vencerá toda oposición, superará todo obstáculo, y asegurará el éxito”.Escritos Misceláneos, pág. 135. Al considerar esta declaración, podríamos preguntarnos: “¿Cómo puedo saber realmente si mi iglesia está venciendo toda oposición y superando todos los obstáculos? ¿Dónde está la evidencia?”
Cuando un agricultor prueba su tierra de cultivo, se agacha y toma un puñado de tierra, la desmenuza en su mano, dejando que se escurra por sus dedos. El sabe que ésta no es la única prueba, pero está seguro de que puede decir mucho acerca de la calidad de la tierra cuando la ve justo en su mano.
Igualmente, una manera importante de ver la fuerza sanadora de nuestras iglesias, es ver nuestro crecimiento espiritual individual aquí mismo. Cualquier cosa que veamos con sinceridad —ya sea cizaña, trigo, o una mezcla de ambos— estamos listos para recibir una impulsora luz espiritual. Empezamos a ver que las actividades de nuestras iglesias son el resultado de nuestra propia demostración individual y espiritual.
A medida que crecemos espiritualmente, las iglesias también crecen espiritualmente. A medida que comprendemos y demostramos nuestra fortaleza espiritual individual, nuestras iglesias reflejan e incorporan esa fortaleza.
Me gustaría compartir un ejemplo de progreso específico que fortaleció el compromiso de una persona con su iglesia.
Se trata de un maestro de una Escuela Dominical, quien relató cómo sanó de su resistencia a enseñar. Cada domingo encontraba alguna excusa para llamar a un sustituto. No obstante, recordando su deseo original de servir como maestro, oró en procura de la inspiración que habría de romper el ciclo o control de una obligación rutinaria.
Pensó así: “El hombre de Dios es espiritual, lleno de vitalidad e interés. Está, por naturaleza, plenamente consciente de la completa creación espiritual de Dios. Y, puesto que la Ciencia Cristiana es el descubrimiento de la naturaleza espiritual de las cosas, no le es natural a nadie permanecer dormido a la revelación espiritual”.
Captó un sentido de la intensidad y lozanía de la revelación espiritual. Como resultado, descubrió un iluminado y renovado interés en su clase de la Escuela Dominical. Aun cuando cada domingo no ha sido un éxito igual, ha habido suficiente “entusiasmo” en la clase y en el maestro para sentir el impacto de la espiritualidad. Además, está comprendiendo que en todo a lo que nos dediquemos —iglesia, empleo o familia— la espiritualidad de la persona es lo que hace la diferencia.
Este ejemplo nos muestra, aparte del despertar y la curación que se efectúan, que siempre podemos elegir: “¿Estamos viviendo espiritualmente o sólo pensando en ello? ¿Estamos dedicándonos individual y sinceramente a cumplir con nuestro compromiso, y nos estamos interesando individualmente por la humanidad? Entonces, mostramos nuestro interés al hacer la elección de vivir espiritualmente en cualquier forma que podamos, momento a momento.
Es nuestra manera de vivir lo que hace la diferencia. De hecho, nuestra Pastora Emérita, Mary Baker Eddy, nos dice: “Si la vida de los Científicos Cristianos atestigua de su fidelidad a la Verdad, predigo que en el siglo veinte, toda iglesia cristiana en nuestra tierra, y en algunas tierras lejanas, se acercarán suficientemente a la comprensión de la Ciencia Cristiana para sanar a los enfermos en nombre de Cristo”.Pulpit and Press, pág. 22.
Unámonos sinceramente al meditar sobre la importancia de esta profecía. No como algo que se repite lisonjeramente, sino como un continuo llamado a la acción, que nos indica que la misión de nuestras iglesias depende de “la manera de vivir de los Científicos Cristianos”. Nosotros hacemos la elección. ¡Sí hacemos una diferencia!
Informe del Gerente de los Comités de Publicación
Hay muchas cosas sobre las cuales hablar.
Podríamos hablar sobre los miles de preguntas que se hacen durante los cientos de charlas que dan los Comités de Publicación por todo el mundo todos los años.
Podríamos hablar sobre las publicaciones que están empezando a incluir serios comentarios sobre la Ciencia Cristiana, unos graves y otros atentos.
Podríamos indagar juntos, hoy en día, lo que está detrás de muchos asuntos jurídicos que nuestra Iglesia está enfrentando.
Pero creo que no es nada de eso en lo que debemos ocuparnos hoy. Necesitamos, más bien, hablar acerca de un punto en particular que se halla en el Manual de La Iglesia Madre por la Sra. Eddy. Es la estipulación que define una dimensión especial de la actividad de nuestro Comité de Publicación.
Creo que todos ustedes están muy al tanto de lo que exige el Manuel de la Iglesia de que el Comité debe “corregir de una manera cristiana las falsas informaciones que se difundan al público con referencia a la Ciencia Cristiana”. Pero tal vez no han pensado tanto como nosotros hemos estado pensando sobre el requisito que sigue de nuestra Guía: que se corrijan las falsedades específicas cuando se trate de “injusticias de que sea objeto la Sra. Eddy”.Man., Art. XXXIII, Sección. 2.
En algunas partes la gente simplemente trata de ignorarla o ignorar el desafío que ella presenta a sus suposiciones básicas sobre la realidad. En otras partes encontramos personas que tratan de desacreditar a la Sra. Eddy. Y en otras, encontramos a aquellos que tratan de elevarla a algo que ella jamás pretendió ser.
Hace poco, un periódico anunció que la Sra. Eddy no fue, después de todo, la Descubridora de la Ciencia Cristiana.
Recientemente, un clérigo, y después un boletín de noticias, abiertamente declaró que la Sra. Eddy usurpó las ideas de un filósofo alemán.
¿Por qué es importante que la historia de la Sra. Eddy se publique como realmente es? Porque tiene que ver con lo que finalmente ayudará a la humanidad a apreciar y reconocer que el Consolador prometido por Jesús ha llegado. ¿Cuánta gente tomará seriamente a este Consolador —la Ciencia divina— si los hechos de su aparecimiento se tergiversan? La mente mortal quisiera convencer al público de que realmente no existe una revelación auténtica que explique la totalidad de Dios y la nada de la materia.
Uno de nuestros Comités ha mantenido correspondencia, con regularidad, con el productor de una obra teatral quien, descortésmente, tergiversa y desprestigia la vida de la Sra. Eddy. Cuando se le reclamó la serie de inexactitudes de su obra, él simplemente dijo que su meta era el drama, y no la exactitud. Fueron publicadas unas cuarenta cartas que enviamos a los periódicos rectificando la crítica errónea que escribieron sobre la mencionada obra teatral.
La mente humana tiende a irse a los extremos. Intenta desacreditar a la Sra. Eddy o intenta idolatrarla. Pensemos en el daño que hicieron los primeros padres de la iglesia al cristianismo, al elevar a Jesús a un estado que él jamás pretendió ocupar: el de ser Dios Mismo.
Todos los esfuerzos que se hacen para encubrir quién era la Sra. Eddy —ya sea para denigrar su personalidad o enaltecerla— finalmente cederán el paso a una comprensión genuina de su verdadera misión que va surgiendo, y lo que significa para la ciencia, la teología y la medicina lo que Dios le reveló a ella. Una razón por la que esto finalmente ocurrirá, es el pedido que ella hizo al Comité de Publicación. Sencillamente nos pide que corrijamos las injusticias de que es objeto.
Actualmente estamos dedicados a una labor específica y única, para llevar a cabo esa dimensión especial del trabajo correctivo. En los próximos meses les daremos más información al respecto. Mientras tanto, me permito alentarlos a todos ustedes a que participen, mediante la oración, en nuestro esfuerzo encaminado a ayudar a la sociedad a comprender cada vez más por qué es inevitable que se tome seriamente a esta mujer. Ella tenía puntos de vista teológicos importantes. También estableció una Iglesia que se ha extendido por todo el mundo, una Iglesia que ha infundido nueva vida a la curación cristiana original. Sí, por cierto, fue una personalidad muy discutida, que sacudió profundamente a la gente. Pero hay mucho “más” que eso.
Lo “más” es el hecho de que ha venido una revelación a la humanidad; una revelación que ha iniciado un fermento en todo el pensamiento humano; es una revelación que por mucho que se esfuerce el mundo, simplemente no puede pasarla por alto. Y la vida misma de esa mujer que recibió la revelación, nos dice lo que esta revelación puede significar para nosotros, individual y colectivamente.
Espero que verdaderamente se unan a nosotros para apreciar y atesorar el creciente impacto que esta mujer y esa revelación están destinadas a producir en la sociedad en los años futuros.
Informe de La Sociedad Editora de la Ciencia Cristiana, leído por su Gerente,
En su mensaje a la Asamblea Anual de 1896, la Sra. Eddy escribió: “Durante todo el tiempo que he estado vinculada con La Iglesia Madre, he notado que, en la proporción en que ésta ha amado a los demás, Dios ha volcado sobre ella Su amor; regando sus parajes desiertos, y ensanchando sus fronteras”.Escritos Misceláneos, pág. 127.
La publicación de la Ciencia Cristiana —es decir, el hacer pública la Ciencia del Cristo y compartirla— incluye, sin distinción, a toda la hermandad de la humanidad. Para llevarlo a cabo, necesariamente se hace uso de los varios medios publicitarios que la gente de todo el mundo ha elegido para tener acceso a las ideas sustanciales e iluminadoras.
Hace unos tres años, nuestras actividades publicitarias llegaban, con regularidad, sólo a unos miles de personas. Hoy en día, llegamos a millones, y de aquí a tres años, llegaremos a decenas de millones de personas, mensual, semanaria y diariamente; e incluso cada hora, a todo el mundo.
Damos, a continuación, algunos detalles de la lista de acontecimientos importantes ocurridos respecto a la publicación de la Ciencia Cristiana durante el año después de la Asamblea Anual anterior.
• En junio de 1986, justamente después de la última Asamblea Anual, la Edición Mundial semanaria del The Christian Science Monitor, se introdujo en el Canadá por primera vez. Como resultado, la circulación semanaria del Monitor, fuera de los Estados Unidos, fue más del doble, de 17,000 a casi 40,000 ejemplares. Este año, la Edición Mundial se promoverá más activamente en Australia.
• En julio de 1986, la nueva versión semanal de nuestro programa de noticias televisadas, The Christian Science Monitor Reports (El The Christian Science Monitor informa), se lanzó a cincuentainueve estaciones a través de los Estados Unidos. En la actualidad, es difundida en más de noventa estaciones en los Estados Unidos, llegando a más de medio millón de hogares cada semana. Nuestros grupos de reporteros de televisión, han enviado reportajes exclusivos de fondo, desde el interior de Libia, Irán, Nicaragua y muchos otros países. En los años venideros, esperamos que los programas de noticias del Monitor, establezcan nuevas normas de periodismo internacional televisado.
• A fines de octubre, justamente siete meses después que se aprobó el proyecto, quedaron listos nuestros propios estudios de televisión en el cuarto piso del Edificio Colonnade, (el cual tiene ahora un nuevo nombre, muy apropiado: Christian Science Broadcasting Center (Centro de Radiodifusión de la Ciencia Cristiana). A principios de noviembre, se usaron dichos estudios, por primera vez, para producir el programa semanario de noticias.
• Además, en octubre, el The Christian Science Monitor recibió el premio anual del United Nations Population Institute for the Best Global Series (Instituto de Población de las Naciones Unidas para la mejor serie mundial). El premio se otorgó a la serie de Kristin Helmore: The neglected resource: Women In The Developing World (El recurso abandonado: Mujeres en el mundo en desarrollo).
• Durante todo el otoño, se dieron los pasos necesarios para establecer el The Christian Science Monitor Syndicate, Inc., una corporación que pertenece por completo a La Iglesia Madre, esto, de acuerdo con el Artículo I, Sección 8, del Manual, que autoriza a La Iglesia Madre a establecer “Fideicomisarios y Sindicatos”.
• A fines de noviembre, después de varios meses de negociaciones, el The Christian Science Monitor Syndicate, Inc., compró una estación de televisión local en Boston, la WQTV, concediéndosele una licencia federal de los Estados Unidos. La estación de televisión proporciona a La Iglesia Madre una manera nueva y muy eficaz de expresar y llevar adelante el amor e interés de nuestra Guía por la ciudad de Boston en particular, y por Nueva Inglaterra en general. También sirve de centro periodístico desde el cual se ofrecen programas a otras estaciones a través del mundo. Hemos visto que el ser propietario de una estación, como también la publicación de un periódico, nos ha dado credibilidad en la industria televisora, lo cual nos ayudará con el correr de los años a elevar la norma de radiodifusión en general.
• La actividad del Agente del Editor está íntimamente ligada a la Sociedad Editora. En marzo pasado, el Agente del Editor, apoyado por la Sociedad Editora, publicó la traducción al idioma finlandés del libro Ciencia y Salud por la Sra. Eddy. Esta nueva traducción al idioma finlandés es el decimosexto idioma, aparte del inglés, en el que está disponible el libro de texto.
• En marzo, el apoyo del Monitor a la enseñanza superior, aumentó aún más, debido a una reunión especial que duró dos días y que se celebró en Boston, intitulada: Media Responsibility and the Third World (La responsabilidad de los medios informativos y el tercer mundo). Concurrieron a ella más de 500 miembros del cuerpo docente y estudiantes de 173 escuelas de periodismo de doce países.
• El 30 de marzo de 1987 es una fecha importante en la publicación de Ciencia Cristiana. En ese día, nuestra primera estación de radio de onda corta, ubicada en Scotts Corners, Maine, E.U.A., entró en operación trasmitiendo el Servicio Mundial del Monitor y programas religiosos del Heraldo, durante veinte horas diarias, a Europa, el Oriente Medio y Africa. En menos de dos años, personal de La Iglesia Madre, junto con un equipo de contratistas, proveedores de equipo y los tenaces ciudadanos del Maine rural, construyeron una de las estaciones de radio de onda corta más grande y más tecnológicamente avanzada del mundo.
• En abril, MonitoRadio ganó uno de los premios más prestigiosos en radiodifusión, fue el Premio Lowell Thomas, otorgado por el Overseas Press Club por su excelencia en la interpretación de asuntos exteriores. El premio se otorgó por la trasmisión especial “Austria”, de Sara Terry.
• El 10 de abril, la Redactora del The Christian Science Monitor, Katherine Fanning, fue la primer mujer elegida Presidenta de la Sociedad Americana de Redactores de Periódicos; y es el tercer Redactor del Monitor que ocupa este puesto distinguido.
• En mayo lanzamos un nuevo programa local de televisión intitulado The Morning Bible Lesson (La Lección Bíblica Matutina), que se trasmite a las 6:30 cada mañana de lunes a sábado por la estación WQTV en Boston.
• Los doce meses venideros estarán llenos de acontecimientos, como la publicación de importantes libros y folletos, y un apoyo mejor a la misión pública de las Salas de Lectura. Serán meses de posibilidades extraordinarias. A través de la historia de La Iglesia Madre, nuestras actividades publicitarias han sido protegidas y bendecidas. Esas bendiciones también acarrean obligaciones. Como nos dice la Sra. Eddy: “...los favores del Cielo son formidables: nos llaman a desempeñar deberes más elevados, no nos exoneran de responsabilidades...”La curación cristiana, pág. 1. Unidos todos nosotros, como copublicitarios de la Ciencia Cristiana en beneficio de nuestro prójimo, estamos capacitados para desempeñar las tareas y deberes más elevados que nos esperan.