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El bien para mañana ¡y para hoy!

Del número de enero de 1988 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


¿No te pasa a veces que estás trabajando sinceramente como Científico Cristiano para tratar de corregir algo que no está bien, o para hacer de una persona enferma una persona sana? A mí me pasa. Entonces, para mi sorpresa, me doy cuenta de que estoy tratando la discordancia como si fuese real, queriendo cambiarla o sanarla. Por supuesto que este enfoque es totalmente opuesto a las enseñanzas de la Ciencia Cristiana. La Sra. Eddy establece la base de la curación muy claramente al escribir: “La comprensión, semejante a la de Cristo, del ser científico y de la curación divina, incluye un Principio perfecto y una idea perfecta —Dios perfecto y hombre perfecto— como base del pensamiento y de la demostración”.Ciencia y Salud, pág. 259.

Debemos mantener firmemente en el pensamiento que el bien es constante, que ya está aquí y que nunca está ausente. ¿Por qué? Porque Dios es la fuente de todo bien, y El está siempre presente. Nuestra tarea es dejar de creer que lo opuesto a Dios —el mal, la enfermedad, la carencia, el odio, el error de cualquier clase— está o puede llegar a estar presente. Esto puede parecer algo simple; pero aun para comenzar a demostrar la verdad del bien constante se requiere un pensamiento muy sincero y consagrado. Sin embargo, el único hecho espiritual es inmutable: el bien es y el mal no.

Durante una época en que parecía que nunca tenía suficiente dinero, seguía esperando que el mañana me trajera una mayor provisión. Pero eso no ocurrió. Entonces, me di cuenta de que “mañana” es un concepto insidioso cuando va unido al pensamiento de que el paso del tiempo traerá el bien que no tenemos hoy. Esto se ve claramente en el Génesis. Leemos que, después de crear al hombre a Su imagen y de haberle dado dominio, Dios dijo al hombre: "He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer”. Gén. 1:29. No dice os voy a dar, sino os he dado.

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