¿No te pasa a veces que estás trabajando sinceramente como Científico Cristiano para tratar de corregir algo que no está bien, o para hacer de una persona enferma una persona sana? A mí me pasa. Entonces, para mi sorpresa, me doy cuenta de que estoy tratando la discordancia como si fuese real, queriendo cambiarla o sanarla.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!