Adán
no ha despertado todavía
de su “profundo sueño”.
Por eso cree ingenuamente
que la vida
es una horrible pesadilla
poblada de fantasmas
que se llaman
pecado, enfermedad, carencia y muerte...
¡No! La Vida es sólo Dios,
el bien supremo;
y Dios, el bien, ya es “Todo-en-todo”.
¡Despierta tú!
Sé ya consciente
de la totalidad de Dios, el bien.
Si todo lo llena El,
¿dónde, dí, está el llamado mal,
sino en la consciencia oscurecida
(inconsciente de Dios)
de la mente carnal?
Como los niños que en la noche
sueñan con monstruos horribles
y los creen muy reales
porque están tan dormidos...
Así la humanidad
en su “profundo sueño”
(inconsciente de Dios)
engendra, sin saberlo,
la horrible irrealidad
llamada mal:
este “valle de lágrimas”
que jamás Dios creó.
Si abres tu entendimiento
para que entre en tu consciencia
la luz de la Verdad
(que Dios, el bien, es Todo-en-todo, ya),
serás realmente libre, como anunció Jesús.
Tú eres reflejo de Dios.
Esta es tu verdad radiante
y liberadora,
y la de cada Adán aún dormido.
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