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Asamblea Anual de La lglesia Madre

6 de junio de 1988

Del número de noviembre de 1988 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


La Asamblea Anual de 1988 de La Iglesia Madre, La Primera Iglesia de Cristo, Científico, se celebró en Boston, E.U.A., el lunes 6 de junio.

Después de inaugurar la reunión con el Himno 210 del Himnario de la Ciencia Cristiana, Charles W. Ferris, Presidente saliente, leyó de la Biblia y de los escritos de Mary Baker Eddy. El Sr. Ferris presentó a los funcionarios de La Iglesia Madre y pasó el mando de la reunión a la Presidenta entrante, Sra. Pearline B. Thompson, C.S.B. En su discurso de apertura la Sra. Thompson expresó que “la misión que esta Iglesia tiene para con la humanidad es, sin duda, la misión de sacar a luz el poder de un cristianismo fortalecido — un cristianismo científico — para enfrentar y vencer al materialismo de la época”.

A continuación damos un resumen de los informes presentados en la Asamblea.

La Secretaria de La Iglesia Madre, informó que, este año pasado, los nuevos miembros de la Iglesia provienen de 44 países, y las personas que comenzaron a anunciarse públicamente como practicistas de la Ciencia Cristiana provienen de 12 países. Observó que, este año, entre los nuevos miembros hay mucha gente joven, y que el video sobre la Escuela Dominical, “Algo nuevo”, ha tenido una entusiasta acogida. Este video está dirigido a los jóvenes que están indecisos sobre la Escuela Dominical y que no saben si la Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens) es para ellos. Agregó que el video se ofrece ahora en español, y que se están considerando otras traducciones.

La Sra. Harris anunció que la Sección para Organizaciones en las Universidades auspiciará juntamente con el movimiento una serie de reuniones regionales en diferentes partes del mundo.

El Tesorero, , informó que el total de los fondos en reserva a fines del año financiero que terminó el 30 de abril de 1988, era de 203 millones de dólares, un 11 por ciento menos que el año anterior; mientras que los gastos de todas las actividades de La Iglesia Madre fueron de 120 millones de dólares, un 21 por ciento más que el año anterior.

Hizo presente que en enero de 1988 todos recibimos una carta del Tesorero informando sobre la necesidad de un mayor apoyo económico. “Estamos agradecidos porque han respondido tan generosamente a este llamado”, expresó, observando que durante los primeros seis meses de 1988 las contribuciones de capitación aumentaron alrededor de un 6 por ciento sobre el mismo período del año anterior. Agregó que en los últimos años los miembros han establecido una provisión para que la Iglesia reciba cantidades sustanciales en el futuro.

El Sr. Bowersock informó que en 1988 ayudamos a 77 iglesias y sociedades con proyectos de construcción, representando un aumento del 13 por ciento sobre el año anterior. Los proyectos incluyeron adiciones para Escuelas Dominicales en crecimiento, nuevos locales para Salas de Lectura y mejoras de edificios de iglesias. Agregó que la Iglesia también continúa proveyendo ayuda económica a practicistas y enfermeras que han servido durante muchos años a la Iglesia y que tienen una necesidad temporaria de cuidado.

, Gerente de los Comités de Publicación, dijo que una de las contribuciones que ha hecho la Ciencia Cristiana a la sociedad ha sido la curación de niños, incluso el haber tomado y sanado casos considerados incurables por la profesión médica. Es irónico, comentó, que los Científicos Cristianos han enfrentado serios desafíos durante los últimos años sobre este problema.

“Esto es casi como un intento de excluir el mismo método de curación que ha sido tan útil a las familias, pero que va en contra de una sociedad que depende de la tecnología médica”, dijo el Sr. Talbot. “Es de vital importancia que la sociedad mire más allá de la suposición de que hay un sólo método de atención digno de confianza: el tratamiento médico convencional. Después de todo, muchas familias de Científícos Cristianos hallan el camino hacia la curación espiritual sólo cuando han sido desahuciados por la medicina convencional”.

, Presidente de El Cuerpo de Conferenciantes de la Ciencia Cristiana, dijo que hay planes para traducir a siete idiomas la conferencia en video, “El tañido de la Verdad”, y que para fines de 1988 habrá otra conferencia en video.

“Algo más ha ocurrido este año, que no ocurría desde 1951”, dijo. “Se dio una conferencia sobre Ciencia Cristiana en Berlín Oriental, en un salón de una renombrada iglesia luterana donde se celebran otras asambleas públicas. Concurrieron a esta conferencia auspiciada por La Iglesia Madre muchos Científicos Cristianos y sus amistades. Se han llevado a cabo charlas informales sobre Ciencia Cristiana en Berlín Oriental, pero ésta es la primera vez que se permitió oficialmente una conferencia de Ciencia Cristiana después de más de 35 años”.

El Sr. MacKusick observó que desde la Reunión Global del 24 de septiembre, muchos han presentado ideas sobre la actividad de conferencias, y como resultado se están planeando algunos cambios. Uno de ellos es que los conferenciantes estarán asignados a varias regiones del mundo. “Esto significa que habrá más conferenciantes que antes; más de cien”, dijo. “Las Iglesias podrán ponerse en contacto directo con los conferenciantes en sus regiones, proporcionando una mejor comunicación, y una relación más estrecha entre el conferenciante y la iglesia, sociedad u organización”. Agregó que las iglesias podrán solicitar conferencias durante todo el año.

Gerente de La Sociedad Editora de la Ciencia Cristiana, habló sobre los aspectos principales de nuestras actividades de publicación durante los últimos doce meses. Dijo que la Ciencia Cristiana, en sus diversas formas de publicar sus enseñanzas, llega regularmente a varios millones de personas en todo el mundo — sólo llegaba a algunos cientos de miles hace cuatro años — debido, en gran parte, a las transmisiones en onda corta.

Un importante acontecimiento el año pasado fue el lanzamiento, en enero de 1988, del The Christian Science Journal en su nuevo formato, dijo el Sr. Hoagland. Agregó que el propósito de los Redactores es obedecer el requisito de la Sra. Eddy en el Manual de La Iglesia Madre de que nuestras publicaciones se mantengan “a la altura de la época”.Man., Art. VIII, Sec. 14.

El Sr. Hoagland anunció que ahora los Redactores están dirigiendo su atención a los Heraldos, comenzando con el desarrollo de un nuevo diseño para el Heraldo en español. Agregó que nuestra estación transmisora de onda corta, en español, ubicada en Cypress Creek, Carolina del Sur, E.U.A., comenzará transmitir en 1989. Afirmó que las transmisiones radiales de los Heraldos están estrechamente relacionadas con las ediciones impresas.

Informes del Movimiento

Cuarta Iglesia de Cristo, Científico, San Francisco, California. Leído por la Sra. , Bibliotecaria de la Sala de Lectura.

Hace algunos años, la situación en Cuarta Iglesia no parecía prometedora. El número de miembros había estado disminuyendo continuamente y el vecindario estaba cambiando. Estamos ubicados en lo que ahora se llama “Barrio chino N.° 2”. En el vecindario alrededor de nuestra iglesia y de la Sala de Lectura — las oficinas, negocios, restaurantes, la gente en la calle — el lenguaje que se escucha es predominantemente asiático. Muchos de nosotros nos sentimos separados de esta comunidad tan cerrada.

Sin embargo, en circunstancias que deben de haber sido desalentadoras, el antiguo profeta dijo: “Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas;... porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda”. Isa. 54:2, 3. Así que nuestros miembros se extendieron mentalmente. Comenzamos a tratar a esta nueva comunidad con un amor más profundo, orando para comprender más concretamente la promesa de la Sra. Eddy en Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras: “El cemento de una humanidad más elevada unirá todos los intereses en la divinidad única”.Ciencia y Salud, pág. 571.

En mi caso, la respuesta fue que visitara algunos negocios chinos y que me hiciera cliente de ellos. De modo que comencé a concurrir a una lavandería ubicada a la vuelta de donde vivo. Un día, la señora dueña del negocio y su marido me preguntaron: “¿Es usted cristiana?” Me enteré de que ella era de China continental y que no sabía nada sobre el cristianismo ni nunca había visto una Biblia. Le di una Biblia en chino y me invitaron a su casa para ayudarlos a comprender algunas de las enseñanzas bíblicas, como los Diez Mandamientos. Aun con su escaso conocimiento del inglés, ella se embebió en estas verdades. Desde entonces, la familia ha concurrido a algunos de nuestros cultos religiosos y a una conferencia.

Una familia birmana inscribió a sus hijos en la Escuela Dominical. La madre hablaba chino mandarín y muy poco inglés y por eso habían estado concurriendo a una iglesia de habla china. Me sentí impulsada a visitar su hogar y ayudarla para que comenzara a leer la Biblia y Ciencia y Salud en inglés. Con Biblias en inglés y chino, diccionarios y señas, le presenté la Lección-Sermón. En el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana. Nos llevó una hora leer una sección. Pero, el siguiente domingo vino a nuestra iglesia y dijo: “Esta es mi iglesia”. Ha venido desde entonces, y su inglés ha estado progresando rápidamente. Recientemente se hizo miembro de nuestra iglesia.

Cuando empecé a trabajar como bibliotecaria de la Sala de Lectura vi que, tanto yo como los demás colaboradores, debíamos extendernos mentalmente aún más. Al comienzo, me sentaba al escritorio y veía pasar a esas familias asiáticas, que se veían tan encantadoras, y pensaba que ojalá entraran. ¡Hasta que desperté! La Verdad prácticamente me gritó: “Estás creyendo que ellos están allá afuera y que tú estás aquí adentro con la verdad. No hay separación. Todos somos ahora uno en el abrazo amoroso de la Verdad”.

Con esta nueva perspectiva, las ideas comenzaron a fluir. Podríamos informar al vecindario que estábamos atentos a sus necesidades y que teníamos interés en ellos. Primero, colocamos en la vidriera un artículo religioso del The Christian Science Monitor, junto con la traducción al chino. Luego, pusimos de manera bastante visible una invitación en chino e inglés a nuestra Escuela Dominical. Decía: “Conozcámonos”.

Los resultados fueron casi inmediatos. Los vecinos y visitantes de China continental comenzaron a hacernos preguntas. Los niños del restaurante chino de al lado vinieron a escuchar, por sí mismos, los libros/cassettes de la Biblia para niños. Vino la tía de ellos también, con su hijo de tres años, para leer los libros para niños. Otros vinieron para leer la Lección-Sermón.

Los colaboradores de la Sala de Lectura eligieron temas que trataban los problemas del vecindario tales como el prejuicio, la inmoralidad y la falta de hogar. Luego oramos para sanar estos problemas, buscando las soluciones espirituales en la Biblia y los escritos de la Sra. Eddy. Compartimos los frutos en nuestras reuniones con los colaboradores. Estoy segura de que esto se debió, en gran parte, al aumento de actividad.

Durante mi hora de almuerzo, comencé a explorar los lugares para comer y negocios de la zona, dando un ejemplar del Monitor a los dueños. Esto trajo un sentimiento de amistad e interés por nuestra Sala de Lectura, así como visitas breves de los vecinos.

Hemos tenido magníficas curaciones y oportunidades para aclarar conceptos erróneos sobre la Ciencia Cristiana. Llegamos a tener hasta seis personas solicitando información en dos días. Quizás otras Salas de Lectura hayan tenido más frutos, pero para nosotros esto fue como el maná en el desierto. Además, nuestra Sala de Lectura está ahora abierta los domingos por la tarde, la primera vez que extendimos nuestras horas desde hacía mucho tiempo. Ahora tenemos tres miembros asiáticos, además de otros que concurren, y durante el año pasado, siete personas se unieron a nuestra iglesia. Además, algunos de nosotros estamos aprendiendo chino.

No quiero decir que la Sala de Lectura ha logrado todo esto por sí sola. Ha sido la demostración de toda la iglesia. Pero la Sala de Lectura ha ayudado a fomentar e iluminar estos comienzos humildes. La receptividad al Cristo, la Verdad, que hemos visto en nuestra comunidad, nos ha traído inspiración. Aunque todavía tenemos muchos desafíos, creo que nuestra iglesia ha comenzado a encaminarse en una nueva dirección y a acercarse a la comunidad a la cual prestamos servicio.

Vemos más y más que la Sala de Lectura tiene que abrir sus puertas de par en par a la comunidad y no debemos permitir que el temor o la limitación deje fuera a nadie. Más bien, debemos dejar que nuestra expresión incondicional e irresistible del amor de Cristo llegue a todos.

Sociedad de la Ciencia Cristiana, Cairo, Egipto
Leído por la Sra. , Presidenta de la sociedad

Durante los últimos tres años, el The Christian Science Monitor ha publicado muchos artículos importantes sobre el hambre y la agitación en Etiopía. Mucha gente ha orado sincera y profundamente por Etiopía y su pueblo. Quisiera relatarles la labor de la Sociedad de la Ciencia Cristiana, Cairo, con los refugiados etíopes.

En Ciencia y Salud, la Sra. Eddy escribe: “La Ciencia Cristiana, contradiciendo a los sentidos, hace que el valle eche renuevos y florezca como la rosa”.Ciencia y Salud, pág. 596. Luego de dar una conferencia en nuestra iglesia, un conferenciante de la Ciencia Cristiana dijo que vio el vasto desierto y oró no sólo por nuestra región, sino por todo el mundo, para que experimentara esta promesa. Poco después, comenzamos a tener evidencias de este florecimiento cuando un gran número de etíopes se aventuraron por el desierto haciendo la tortuosa jornada por el Valle del Nilo, a través de Sudán, hasta Egipto, para llegar finalmente a nuestra iglesia.

Uno de los primeros refugiados que llegó a nuestra iglesia vino buscando dinero. Le dimos trabajo. Este hombre estaba tan contento de que se le diera trabajo en lugar de dinero, que les dijo a otros que fueran a la iglesia de la Ciencia Cristiana. Pronto la iglesia se vio continuamente visitada por etíopes que venían por ayuda. Estaban tan necesitados que al principio los miembros trataron de ayudarlos con un poco de dinero, hasta que nos quedamos sin dinero. Se necesitaba urgentemente la provisión de Dios para satisfacer la necesidad humana.

Cuando oramos para ver la evidencia del cuidado de Dios, recibimos una donación inesperada que nos permitió hacer frente a las necesidades más urgentes de los refugiados, y apoyar la labor de la iglesia para compartir la Ciencia Cristiana con ellos. Sabíamos que no era dinero o trabajo lo que respondería verdaderamente a sus necesidades, sino una comprensión del cuidado y amor de Dios. Al igual que Salomón, oramos para recibir sabiduría, para saber cómo tratar a “este tu pueblo tan grande”. 1 Reyes 3:9. Dimos a cada uno que buscaba ayuda un ejemplar de la Biblia y Ciencia y Salud y le hablamos acerca de Dios, mostrándole cómo solucionar sus problemas por medio de la oración, del estudio de la Biblia y del libro de texto. Desde el comienzo habíamos orado para ver que el hombre no es un refugiado, sino que cada uno es un hijo de Dios.

Uno de los bibliotecarios de la Sala de Lectura tuvo cerca de 50 personas que le pidieron les enseñara cómo hacer la Lección Bíblica. Un joven, que pasó 7 meses en prisión, habló con 9 reclusos sobre la Ciencia Cristiana y les enseñó a leer la Lección Bíblica. Se encuentra en el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristana. Durante ese tiempo, habló con otros sobre la Ciencia Cristiana y recibimos muchísimos pedidos de literatura de la Ciencia Cristiana.

Algunos de nuestros miembros ayudaron a los refugiados a encontrar trabajos y obtener pasaportes. La embajada etíope estuvo dispuesta, en un hecho sin precedentes, a dar pasaportes a los refugiados. De repente, muchos refugiados a quienes ayudamos, fueron recomendados y aceptados para que pudieran establecerse legalmente en otros países, lo que antes parecía ser una imposibilidad total.

Todo esto requirió que nuestros miembros oraran mucho para saber cuándo y cómo ayudar a su prójimo. Hemos crecido en nuestro amor por el prójimo y en nuestra confianza en los recursos infinitos del Alma.

Un día, a uno de nuestros miembros que sirve como Comité de Publicación, se le pidió que participara en una reunió mensual con otras iglesias e instituciones de caridad, incluso las Naciones Unidas y la Cruz Roja, para hablar sobre los refugiados. En las dos primeras reuniones, se dijo que los refugiados eran un grupo problemático de gente que había entrado ilegalmente en Egipto y que no se sabía qué hacer con ellos. Se aconsejó que todos dejaran de darles dinero y que se les instara a volver a su país.

En la tercera reunión, un trabajador social contratado por dos de las iglesias preguntó qué había hecho cada iglesia e institución con respecto a los refugiados. Nuestro miembro había estado orando sobre cómo contribuir a estas reuniones y habló sobre la posición tan singular que tiene una iglesia de elevar a la humanidad. Ella comentó que los miembros de nuestra iglesia veían que éste era su propósito y habló de los pasos que se habían dado para ayudar a los refugiados.

Después de esta reunión hubo un gran cambio de actitud. Se les preguntó a los refugiados sobre sus oficios y se les alentó a que trabajaran en lugar de mendigar. Otras iglesias les dieron trabajos y comenzaron cursos para que aprendieran inglés. Debido a que muchos refugiados dijeron cuánto les gustaba nuestra Sala de Lectura, dos de estas iglesias comenzaron una biblioteca y sala de lectura en conjunto y solicitaron literatura de la Ciencia Cristiana por la que estuvieron muy agradecidos...

Luego de este florecimiento, el fruto comenzó a aparecer. Mucha gente de la que habíamos ayudado concurren asiduamente a nuestros cultos y Escuela Dominical, y traen gente nueva con ellos. Dan testimonios en nuestras reuniones vespertinas de los miércoles por las curaciones que tienen en la Ciencia Cristiana. Un estudiante de la Escuela Dominical tuvo una curación instantánea de una alta fiebre. Otro sanó de hongos en la cara. Por medio de la oración, otro obtuvo trabajo, provisión y donde vivir, y mientras trataba de permanecer legalmente en Egipto venció el temor que tenía al tratar con los funcionarios del gobierno.

De un miembro de La Iglesia Madre Quito, Ecuador

: Quito, la capital de Ecuador, se halla en el corazón de los Andes, a unos 3 kilómetros sobre el nivel del mar. Está ubicada sobre el Ecuador, y tiene casi 900 mil habitantes. En años recientes, la Ciencia Cristiana llegó a la vida de algunas personas en Quito. Un grupo de Científicos Cristianos comenzó aquí a celebrar cultos religiosos informales a comienzos de 1970. Hace alrededor de un año fueron reconocidos como Sociedad de la Ciencia Cristiana. La curación fue la base de su progreso. La relata algunas de sus experiencias.

Piedad de Coello: Encontré la Ciencia Cristiana, con todo su poder, en una época en que mi salud estaba fallando. Tenía el útero ulcerado lo que producía constantes hemorragias. Según los exámenes médicos, debía ser extirpado.

En ese tiempo conocí a una Científica Cristiana que había venido a pasar unos días con su hija, quien era amiga mía. Cuando se enteró de mi enfermedad, ella recomendó con el amor que es característico de un Científico Cristiano, que estudiara un libro que me dio, Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy.

Comencé a estudiarlo, y cuando lo terminé, estaba completamente sana. Mi esposo insistió en que volviéramos a ver al médico, pero yo sabía que estaba sana. Cuando vimos al médico, mi esposo continuó insistiendo que el útero fuera extirpado, temiendo que fuera cáncer. Pero el doctor a cargo de mi caso dijo que no había necesidad. Dijo que era milagroso y que estaba absolutamente asombrado de que yo estuviera sana.

Varios años después, un día al mirarme en el espejo encontré un pequeño crecimiento al lado de la nariz. No le presté atención. Pero al poco tiempo se transformó en una molestia por el dolor y la terrible apariencia que tenía. Sentía mucho miedo. Sobrecogida por el dolor y la influencia de mi familia, fui a ver a un especialista. Luego de varios exámenes, me dijo que tenía cáncer en la piel y que tenía que seguir un tratamiento especial. Decidí inmediatamente obtener el único tratamiento eficaz que conocía, el poder de Dios en la Ciencia Cristiana.

Llamé a la madre de mi amiga, quien ahora ya era una practicista de la Ciencia Cristiana. Me dio la ayuda y apoyo necesarios y me recomendó que estudiara el capítulo “La Ciencia del ser”, en Ciencia y Salud. Entre las muchas cosas maravillosas que leí, recuerdo vívidamente lo que la Sra. Eddy dice en la página 14: “Estad conscientes por un solo momento de que la Vida y la inteligencia son puramente espirituales — que no están en la materia ni proceden de ella — y el cuerpo no proferirá entonces ninguna queja”. También en la página 242: “En paciente obediencia a un Dios paciente, laboremos por disolver con el solvente universal del Amor la dureza adamantina del error — la obstinación, la justificación propia y el amor propio — que lucha contra la espiritualidad y es la ley del pecado y la muerte”.

La Biblia fue también una gran ayuda, especialmente Isaías, en donde el Señor dice: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”. Isa. 41:10. Con la ayuda y el amor de la practicista pude triunfar sobre esta aparente crisis, hasta que la luz de la Verdad me iluminó en todo su esplendor.

Una mañana cuando desperté, me di cuenta de que la llaga en la cara, el dolor y la sugestión mental habían desaparecido. Mi hija y mi hijo político se hicieron Científicos Cristianos cuando vieron esta curación...

Estoy muy agradecida a Dios. Ojalá pudiera darle a todo el mundo lo que tengo. Solía ser una mujer muy desdichada. Quería morirme. Pero desde que conocí la Ciencia Cristiana sé que la vida es maravillosa. Y quisiera compartir con el mundo la felicidad que he hallado.

Presidente de La Junta Directiva de la Ciencia Cristiana, agradeció a los funcionarios, a sus comités y colaboradores por el trabajo y oración con que han apoyado las actividades de la Iglesia. También hizo mención especial del papel desempeñado por el Movimiento, por su profundo interés y apoyo por medio de la oración.

El Sr. Selover dijo que nuestra Iglesia está escribiendo una historia. “Es una historia escrita en los corazones y mentes de sus miembros y, aunque mayormente esto no es reconocido, en las vidas de la humanidad. La historia auténtica de esta iglesia jamás se puede escribir en libros o informes... [Su] verdadera historia, como siempre, continúa siendo esculpida en las vidas que han sido inspiradas por el Consolador...

“La historia futura de nuestra Iglesia no se puede escribir sin una cooperación total, sin el trabajo vigoroso y sistemático de todos los miembros, las filiales, los trabajadores y departamentos trabajando de común acuerdo.

“Sabemos que hay fortaleza en la unidad. Recordamos con inspiración lo que dijo la Sra. Eddy a su clase primaria de 1889: ‘Nosotros, hoy, reunidos en esta aula, somos suficientes para convertir al mundo si somos de una misma Mente...’ (Escritos Misceláneos, pág. 279). Sus instrucciones son muy claras. Una Mente... Un Amor”.

La Asamblea concluyó con el Himno 97 del Himnario de la Ciencia Cristiana.

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