Fue la conversación con una amiga, concerniente a su lucha con el alcoholismo, lo que me alertó para que yo orara acerca de la verdadera naturaleza del hombre como el hijo espiritual de Dios. Este devoto trabajo metafísico resultó en la curación de una dificultad de la que yo estaba padeciendo.
Una idea que me ayudó mucho cuando empecé este enfoque en la oración, fue del libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud por la Sra. Eddy. El libro de texto declara: “Dios gobierna al hombre, y Dios es el único Espíritu. Cualquier otro gobierno o atracción de lo que se supone espíritu es una creencia mortal, que debe conocerse por su fruto — la repetición del mal” (pág. 73). Estudié muchas referencias útiles sobre orden y control, en los escritos de la Sra. Eddy.
Como resultado de este trabajo de oración, estuve muy consciente de un hábito que tenía hacía tiempo y del que creí que nunca podría liberarme. Por muchos años, me había estado despertando en medio de la noche, y “asaltaba” el refrigerador. Este insomnio y el exceso en comer hacía que me sintiera cansada al día siguiente y avergonzada por mi propia falta de control. Con frecuencia me sentía como una víctima. Traté varias alternativas humanas: comer más durante el día, leer por la noche, y no tener tentadoras golosinas en la casa.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!