Estoy infinitamente agradecida a Dios por el amor constante e ilimitado que día a día nos bendice. Por medio de Sus ángeles — Sus pensamientos espirituales — podemos disipar el temor y toda creencia de limitación.
Pude comprobar estas verdades mediante la siguiente experiencia que tuve hace algún tiempo. Había retirado cierta suma de dinero del banco, y a fin de no doblar los billetes grandes los había puesto en una billetera donde también guardo mi pase para el autobús. Al regresar a casa usé el pase. El autobús estaba repleto, y cuando llegué a casa e iba a guardar el dinero me di cuenta de que faltaban los billetes. Pensé que probablemente se habían caído de mi billetera al sacar mi pase. Pregunté en la compañía de autobuses si habían encontrado el dinero, pero me dijeron que no.
Como era natural, en seguida el temor trató de apoderarse de mí. Y otros pensamientos erróneos se presentaron: nadie pensaría devolver una cantidad tan grande de dinero; mi nombre y dirección eran desconocidos para quien lo hubiera encontrado, y así por el estilo. Estaba al borde de la desesperación, tuve que hacer grandes esfuerzos por calmarme, cuando de pronto las palabras “en el amor no hay temor” (1 Juan 4:18) inundaron mi consciencia. A medida que meditaba sobre esta declaración me sentía más tranquila y más segura de que el Amor divino siempre nos apoya para solucionar cualquier problema.
Oré y recordé que “el mal no puede tener lugar, ya que todo espacio está ocupado por Dios”. [La Sra. Eddy escribe en Ciencia y Salud (pág. 469): “Sepultamos el sentido de infinitud cuando admitimos que, aunque Dios es infinito, el mal tiene un lugar en esa infinitud, porque el mal no puede tener lugar, ya que todo espacio está ocupado por Dios”.] Dios lo sabe todo, y no existe ansiedad en el ser verdadero. El hombre creado por Dios es la expresión de la naturaleza de Dios, por lo tanto, es bueno, honesto y está en paz. De esta manera corregí cada pensamiento erróneo uno por uno.
Recordé también las palabras de la Sra. Eddy en la página 71 de Ciencia y Salud: “El mal no tiene realidad. No es ni persona ni lugar ni cosa, sino simplemente una creencia, una ilusión del sentido material”. En otra parte en el libro de texto ella dice: “La sustancia, la Vida, la inteligencia, la Verdad y el Amor que constituyen la Deidad son reflejados por Su creación; y cuando subordinemos el falso testimonio de los sentidos corporales a las realidades de la Ciencia, veremos esa semejanza y reflejo verdaderos en todas partes” (ibid., pág. 516).
De pronto comprendí que la falta de honradez no tiene poder puesto que la Verdad, Dios, es Todo. Luego pensé que debería dar una oportunidad para devolver el dinero a quien lo hubiera encontrado. De modo que coloqué un anuncio en la parada donde había subido al autobús indicando la cantidad de dinero que me faltaba y el número de teléfono donde se me podía llamar. Sólo unas pocas horas más tarde, la persona que había encontrado el dinero me llamó para entregármelo, y así lo recuperé.
No puedo expresar el inmenso sentimiento de gratitud que sentí, no sólo porque todo el dinero me había sido devuelto, sino porque había experimentado la eterna presencia del Principio divino. Estoy infinitamente agradecida a Dios por la Ciencia Cristiana, que nos revela el significado espiritual de la Biblia. También estoy muy agradecida por todas las obras de Mary Baker Eddy.
Aalen, República Federal de Alemania