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Conocí la Ciencia Cristiana* por mi esposo que comenzaba a estudiar...

Del número de noviembre de 1988 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Conocí la Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens) por mi esposo que comenzaba a estudiar esta Ciencia cuando nos casamos. Al comienzo yo sentía antagonismo por estas enseñanzas. Pero entonces sané de una severa hinchazón en un tobillo mediante las oraciones de mi esposo y de la devota ayuda de una practicista de la Ciencia Cristiana. Fue entonces que empecé mi estudio de Ciencia Cristiana.

Había terminado mis estudios académicos y necesitaba un empleo. Busqué trabajo durante más de un año sin éxito alguno. Entonces, pedí a una practicista que me ayudara mediante la oración. La practicista me habló acerca del único idioma del Espíritu. Ella no tenía noción alguna de cómo yo me sentía acerca de la lengua Afrikaans. Pero en mi segunda visita le confesé mi odio por este dialecto y por su gente, pues yo veía lo que estaban haciendo a mi raza, los negros de Africa del Sur. Para mí, el Afrikaans era el dialecto del opresor. Sentía que si lo hablaba estaba traicionando a mi gente, a pesar de que lo había estudiado en la escuela porque era una asignatura obligatoria para todos los negros.

La practicista me habló extensamente acerca de Dios y de Su gobierno, y de mi misión en este gobierno espiritual. Pronto presenté una solicitud para un empleo y fui aceptada, ¡mas descubrí que en la compañía se hablaba Afrikaans! Mientras trabajaba para esta compañía aprendí a ver a los Afrikánders como hijos de Dios, amados por El, igual que los de mi propia raza. Cambié el odio por amor. Pude empezar a ver mucho bien entre los Afrikanders que llegaron a ser mis amigos. Comencé a hablar el idioma sin prejuicio.

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