El vacío que había en medio de mi corazón,
se ha desvanecido.
Antes de conocerte, Dios, mi vida era
como un barco a la deriva que, sin timonel,
toca un puerto y otro y otro,
buscando sentido a la existencia,
hasta que encontré la Ciencia y aprendí
que la vida no es un cierto número
de circunstancias fortuitas
buenas o malas, sujetas al azar
o a un destino prefijado por las estrellas.
La vida es Dios, y Dios es Amor, y el hombre
¡Su manifestación completa!
Reflejar Amor es el propósito de su existencia.
Ahora que estoy en esta búsqueda gozosa
de conocerte, Dios, e identificarme contigo, Amor,
el vacío se ha llenado de infinitas esperanzas.
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