Ya sea que veamos películas en un húmedo cine local, en un complejo arquitectónico con diez salas cinematográficas o en un video cassette en la casa de un amigo, las imágenes exageradas de una película tienden a establecer modelos para nuestra vida diaria. Dicen: “Esto es amor”. “Esto es poder”. “Esto tiene significado”. Pero con demasiada frecuencia el poder, el amor y la visión tan central para filmar los argumentos de las películas están reñidos con las necesidades reales de nuestro mundo. ¿Hay alguna forma en que las películas, los cineastas y los aficionados al cine alcancen una versión más genuina de la condición humana? ¿Es posible que lo que se percibe en una película también pueda encaminar a la gente hacia respuestas espirituales para satisfacer las necesidades de la humanidad?
Le solicitamos a
que compartiera algunas de sus ideas sobre estas preguntas y otras relacionadas. El Sr. Foote, que es Científico Cristiano, ha escrito las versiones cinematográficas de películas tales como To Kill a Mockingbird (Para matar a un ruiseñor) y Tender Mercies (Tiernas Misericordias). (Estos dos libretos ganaron Oscares.) Más recientemente ha adaptado para la pantalla varias de sus propias obras; entre ellas A Trip to Bountiful (Un viaje al pueblo de la abundancia), On Valentine's Day, (El día de los enamorados), y Courtship (Noviazgo). Marilynne Mason, quien lo entrevistó, también es Científica Cristiana, y trabaja escribiendo crítica sobre películas para un semanario de Denver, Colorado, y, además, enseña apreciación cinematográfica en la Universidad de Colorado, en Boulder, E.U.A.De muchas maneras sus obras tratan sobre gente común. Hay a menudo un sentido de nobleza escondida, es algo hermoso, verdadero. Por ejemplo, en su libreto de Tender Mercies (Tiernas misericordias) la esposa es la fuerza en la transformación de Mac. En Tomorrow (Mañana) la capacidad para amar del personaje principal perdura a pesar de todo. En Bountiful (Abundancia) la envejecida Carrie Watts perdona y ama a pesar de las mezquinas crueldades de su nuera. En una época en que la sociedad está fascinada con los ricos y famosos, ¿por qué usted elige hombres comunes?
Horton Foote: Bueno, porque no creo realmente que hay hombres comunes. Escribo sobre personas que he conocido, ciertamente sobre cualidades, cualidades de la gente que me atraen, que me interesan. Y, supongo que, en cierto modo, mis temas me eligen a mí tanto como yo elijo los temas.
Sra. Mason: Muchas de sus películas tratan sobre cambios personales radicales. ¿Tiene alguna idea del por qué?
Sr. Foote: Con frecuencia, el público me dice de lo que tratan mis películas. Y siempre estoy interesado. Supongo que es la naturaleza del drama que siempre ocurre algún cambio. Creo, como Científico Cristiano, que la gente cambia. Pero no me siento y digo que voy a escribir de cierta forma y desde el punto de vista de un Científico Cristiano. Trato de escribir con la mayor veracidad de la que soy capaz sobre una determinada situación o persona, y ello a menudo incluye cambios.
Sra. Mason: ¿Cree usted que su interés en el cambio está motivado por su estudio de Ciencia?
Sr. Foote: Creo que está implícito. Tomo muy en serio la Ciencia Cristiana y la estudio a fondo, y considero que lo que escribo es el fruto de mi estudio. Pero, por supuesto, ésa no es mi motivación para estudiar. Eso sería muy egoísta. Estudiamos para aprender quiénes somos y qué es la vida, ¿no es así? Ese es el estudio en el que estoy interesado, es decir, en obtener una comprensión de Dios lo más clara posible; creo que eso penetra y armoniza todo.
Sra. Mason: ¿Puede pensar en alguna circunstancia en que la Ciencia Cristiana lo haya liberado en su trabajo y que lo haya guiado?
Sr. Foote: Sí, hubo una época en mi carrera en el que parecía que había llegado a un estancamiento, sin saber, en primer lugar, dónde ubicar mi obra ni qué hacer con ella. Finalmente, decidí simplemente seguir adelante y escribir. Después de un tiempo, las oportunidades comenzaron a presentarse. No creo que haya orado conscientemente para quitar los obstáculos, sino más bien empecé a trabajar con más profundidad en la Ciencia Cristiana. No confío en quienes toman la Ciencia Cristiana como si fuera una especie de caja de herramientas para ayudarse a sí mismos. En mi estudio de Ciencia, cuando parece que hay un problema, trato de entender más a Dios.
Sra. Mason: ¿Y eso trae curación?
Sr. Foote: La verdad es que he tenido muchas curaciones maravillosas. Y no pretendo decir que ignoro el problema o ignoro lo que los sentidos materiales están diciendo sobre la situación. Siempre estoy consciente de ello. Pero simplemente he descubierto que es la búsqueda para conocer a Dios, para tener una comprensión más profunda de El, lo que es más satisfactorio y más sustancial en mi vida.
Sra. Mason: Se ha escrito mucho y se ha hablado mucho sobre cómo Hollywood da a los aficionados al cine lo que ellos quieren. ¿Qué opina de esto?
Sr. Foote: No creo que las películas deban ser parte de un concurso de popularidad. Pienso en la edición diaria del [Christian Science] Monitor y la tarea que el Monitor desempeña al informarnos sin predicar. Y creo firmemente que su circulación debiera ser mayor de lo que es. Pero pienso en toda la sustancia que contiene y todo el poder, y tomo eso como mi modelo. Porque si usted considera el número de personas que van a ver cierta clase de películas que me gustan, no es muy alentador, si lo comparamos con la cantidad de millones de personas que ven algunas de las llamadas películas populares.
Y no sé la respuesta excepto continuar trabajando exactamente en lo que uno cree. También pienso en el diario que inició T. S. Eliot; creo que fue en Inglaterra. Una vez leí que en su mejor época había tenido sólo 3,500 suscriptores, y, sin embargo, tuvo enorme influencia en todo el mundo. Muy a menudo nos preocupamos por los números y perdemos de vista la sustancia real. Creo que el cine es una de las más grandes expresiones del arte en nuestra época. Y el verlo decaer — para nivelarse con lo que se considera una mentalidad adolescente — es muy angustioso, por lo menos, para mí.
Sra. Mason: ¿Cuáles son las posibilidades y limitaciones de las películas al abordar preguntas sobre la bondad y “las [cosas] que no se ven”? 2 Cor. 4: 18.
Sr. Foote: Soy bastante escéptico respecto a cualquier tesis como esa o cualquier clase de proselitismo. Como artista, como escritor, no hago eso conscientemente. Vigilo y observo la condición humana que veo a mi alrededor e intento ser lo más objetivo y veraz que puedo.
Y más bien sigo la línea del Monitor sobre eso también. De vez en cuando solía oír decir a la gente: “Oh, el Monitor trata temas desagradables o perturbadores, y no debiera hacerlo”. Pero pronto me di cuenta, como Científico Cristiano, que lo hacía para sacudirme y para que hiciera mi trabajo espiritual. Y eso es realmente lo que trato de presentar en la pantalla. Trato de ser lo más objetivo y perceptivo posible sobre lo que estoy observando y escribiendo, confiando que lo que constituye la realidad espiritual de las cosas será evidente.
No me siento y digo: “Quiero escribir un mensaje de Ciencia Cristiana”. Creo que eso es lo que ciertas personas piensan cuando se enteran que soy Científico Cristiano. Y porque tienen un concepto bastante sentimental sobre ello. Pero creo que los Científicos Cristianos son personas que tratan las cosas con firmeza. Y tienen que hacerlo.
En las películas In 1918 (En 1918), Valentine's Day (El día de los enamorados) y en la que acabo de terminar, Courtship (Noviazgo) que se basa, en parte, en algunas experiencias de mi familia, no soy un reportero; no estoy reportando los hechos, porque no siempre sé cuáles son los hechos. Vuelvo a mi casa a menudo y pregunto lo que ha sucedido en el pasado, hasta lo que ha ocurrido antes que yo naciera. Y he visto que si les pregunto a seis personas distintas sobre algo que todos han Presenciado, voy a tener seis versiones distintas. Por eso los hechos, desde un punto de vista humano, naturalmente, son relativos. Pero, para mí, eso no limita la sustancia de una cosa.
La palabra sustancia tiene mucho significado para mí. Considero que es un término que todo lo abarca. Y, por cierto, me he dado cuenta de que la sustancia viene de las maneras más inesperadas. Confío en que si realizo mi trabajo honesta y sinceramente, entonces éste tendrá sustancia. Y esa sustancia, por supuesto, no se origina en mí, sino que estoy reflejando las cualidades de Dios. He estado pensando mucho sobre un trabajo — como una obra o un guión cinematográfico — y, ciertamente, es una actividad humana. No es una idea espiritual, por lo menos así lo entiendo. Pero cuanto más manifiesta cualidades espirituales, mejor es. Por eso cuando empiezo a escribir, confío en que todo lo que he aprendido y demostrado sobre sustancia hasta ese momento, impregnará la obra de maneras que no puedo concebir.
Sra. Mason: ¿Cree que las películas pueden elevar a quienes las ven?
Sr. Foote: Oh sí, sin lugar a dudas. Creo que usted y yo hemos sido testigos de ello. Pienso que pueden ser una enorme fuerza, no sé si “elevar” es necesariamente la palabra que usaría...
Sra. Mason: ¿Qué palabra usaría usted?
Sr. Foote: Esclarecimiento, y aliento. Creo que eso es lo principal. Creo que muchas de las películas nos hacen sentir desalentados. Y no creo, por ejemplo, que tengan que tener un final feliz o nada por el estilo para trasmitir una sensación de aliento. Creo que existe una comprensión más profunda de esa palabra. Supongo que muy temprano en mi carrera me enamoré del valor de la gente para enfrentar cosas devastadoras.
Sra. Mason: ¿Cómo puede el público aprender a discernir lo que es valioso en una película?
Sr. Foote: Soy un devoto Científico Cristiano. No quiero que esto suene como si tuviéramos un club exclusivo, pero, para mí, a medida que progreso en la Ciencia, siento que tengo una percepción más profunda y más clara. Tengo un sentido más firme y definido de lo que constituye la forma, el contorno y la belleza. Y, por lo tanto, creo que en la proporción en que comprendo esas cosas, reflejo esas cualidades y las uso, las puedo ver más en mí, y pienso que eso se aplica a todo el mundo.
Y, por el contrario, cuando uno está absorto en las cosas materialistas, está propenso a enredarse en eso. Pienso que los valores espirituales engendran valores espirituales, y los valores espirituales nos conducen a tener hambre y sed de valores espirituales. Creo que aportamos mucho a lo que vemos, y no creo que es una calle de una sola vía. Pienso que recibimos y, a su vez, también damos. Por eso creo que si una obra tiene alguna sustancia real, la podemos ver una y otra vez porque hemos cambiado y podemos recibir algo de esa obra que no hemos recibido antes. Si podemos alentar a las personas a superar la timidez respecto a confiar en sí mismas al ver las obras — confiar en sus propios juicios y valores — podemos hacer que la gente se dé cuenta de que se puede obtener un bien enorme de ciertas obras.
Sra. Mason: ¿Qué puede hacer un escritor, un productor o un actor para fomentar respeto por los valores espirituales en un medio que, a menudo, parece brutalizar o encadenar con sentimentalismo los anhelos más profundos del corazón?
Sr. Foote: Realmente no sé lo que se puede hacer, excepto que cada cual se ocupe de lo suyo. Creo que tenemos que poner lo mejor de nosotros mismos para apoyar a quienes están haciendo lo mejor de lo que son capaces y alentarlos yendo a ver sus películas, escribiendo y hablando sobre ellas. Sin embargo, pienso que la tarea principal es encontrar una forma de llevar a cabo nuestro propio trabajo utilizando nuestro potencial al máximo.
Me gustaría agregar — y he estado pensando sobre esto desde que comenzamos a hablar — que creo que la humildad es muy necesaria en un escritor. A Trip to Bountiful (Viaje al pueblo de la abundancia) es un buen ejemplo. Se puso en escena en Broadway hace treinta y cinco o cuarenta años. Traté por todos los medios humanamente posibles para que se hiciera una película de esa obra, pero tropecé con un obstáculo tras otro. No puedo decir que estuve orando sobre esto durante treinta y cinco años. Pero he progresado en confiar los sucesos de mi vida a Dios. Si se hubiera filmado en aquella época, no estoy muy seguro que hubiera sido la película que fue treinta y cinco años más tarde.
Ahora bien, no sé qué produce este resultado, pero lo admiro, y me siento muy humilde de ello. Creo que Mary Baker Eddy menciona que nuestro tiempo y el tiempo de Dios fieren, En Escritos Misceláneos, la Sra. Eddy, Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana, escribe (pág. 1 17): “Según mi calendario, el tiempo de Dios y el de los mortales difiere. El neófito se inclina a apresurarse demasiado, o a ser demasiado lento: trabaja un tanto a oscuras; y, a veces, a destiempo, querría llenar su lámpara a medianoche pidiendo prestado el aceite de quien es más prevenido que él. Dios es la fuente de luz, y cuando somos obedientes, El ilumina nuestro sendero”. y aunque quisiéramos forzar lo que deseamos que ocurra, no debemos hacerlo. Eso no quiere decir que tenemos que ser pasivos, pero en este caso sentí fuertemente que Dios tenía completo control sobre esto. Y eso también me hace sentir muy humilde.