¿Es el Espíritu o la materia lo que sostiene al hombre?
El enfoque que la Biblia da de este tema tan importante proporciona una prueba concreta y categórica del poder de Dios para mantener la fortaleza y el vigor del hombre. Por ejemplo, en el Antiguo Testamento el libro de Isaías declara: “Los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán y no de fatigarán”. Isa. 40:31. Y desde el monte de inspiración, el Salmista proclama: “Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios... [él es] el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila”. Salmo 103:2, 5.
Hace poco tuve la oportunidad de descubrir mi verdadera fuente de energía durante un largo viaje en auto por el medio oeste de mi país. Mi esposa me acompañaba; teníamos que cubrir más de dieciséis mil kilómetros en seis semanas. Poco después de iniciado el viaje, me sentí bajo la presión intensa del poco tiempo que teníamos para terminar nuestro recorrido. Al comentar esto con mi esposa, me recordó, muy oportunamente, que era mi punto de vista sobre la situación lo que necesitaba un cambio inmediato, y no la actividad humana.
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