¿Ha pensado usted alguna vez acerca de su iglesia como la respuesta a la oración de la comunidad? Puede que la oración sea en silencio, que sólo sea un deseo naciente. Aun así, toda comunidad, y todo el mundo, anhelan paz y curación. Ese anhelo es, en efecto, la clase de oración a la cual su iglesia debe responder, ya que fue designada para eso.
Cuando una filial de la Iglesia de Cristo, Científico, surge en un pueblo o ciudad en cualquier lugar del globo, allí se presenta un testigo visible de que el Amor divino responde a las necesidades humanas. Su iglesia local existe para traer consuelo, para mostrar el camino del Cristo, que libera del pecado y el sufrimiento. Su iglesia existe para glorificar a Dios.
Es de vital importancia que pensemos acerca de nuestras iglesias en su relación inmediata con las comunidades que éstas sirven. Las puertas se deberían abrir hacia afuera; el amor de los miembros debería abarcar a sus vecinos: vecinos que, en realidad, tienen nombres y caras; que caminan por la misma calle en que está la iglesia; que van al estadio de fútbol los domingos por la tarde; que van a cortarse el cabello en la peluquería a la vuelta de la esquina; que tal vez enfrenten los desafíos, ofensas y pesadumbres que todos enfrentan.
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