Existe una criatura muy merecedora y digna de ser amada a quien usted posiblemente esté descuidando. Esta querida criatura es usted, ¡su verdadero ser!
Si siente que no se le ama, quizás necesite percibir más esas cualidades propias de un niño que nos llevan a percibir en mayor medida nuestra verdadera identidad, y que, de hecho, son expresiones de nuestra verdadera naturaleza espiritual. No es de sorprender que sintamos cierta duda sobre el identificarnos con las cualidades que son propias de un niño. Puede que nos sintamos lejos de tal inocencia, y hay muchas fuerzas que quisieran militar en contra de esas cualidades en nosotros y aun en los niños pequeños. Pero aunque parezca estar perdida o criticada, podemos reclamar para nosotros esa naturaleza semejante a la de un niño, defenderla, y también dar testimonio de esa naturaleza en los demás.
¿De qué manera? El punto de partida puede ser un sentido mejor, más espiritual, de la fuente de esta inocencia, Dios. La Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens) revela que Dios es Amor y Verdad, nuestro Padre y Madre amoroso y tierno. ¡Qué gozo es comprender que, como Su reflejo, el hombre es Su hijo amado, inseparable de El! Esta comprensión da comienzo a la recuperación. Despierta en nosotros la esperanza de que somos algo más de lo que parecemos ser, y fomenta una regeneración espiritual que es tan natural como es nuestro deseo de regresar al hogar.
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