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Bajo el gobierno seguro de Dios

Del número de septiembre de 1988 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


En una ocasión, mi esposo y yo tuvimos un negocio pequeño en un lugar de veraneo. Cierta parte de nuestra actividad comercial se realizaba con personas que iban de paso y entraban a comprar. Cuando llovía había pocos transeúntes y esas ventas parecían haberse perdido para siempre. Como estudiante de Ciencia Cristiana, estaba acostumbrada a ver más allá de la situación humana inmediata para ver la necesidad espiritual más profunda. Sabía que la respuesta a mis preocupaciones no consistía en un cambio en el tiempo, sino en una mayor comprensión de Dios.

La premisa básica de la curación por la Ciencia Cristiana, es que hay un solo Dios, supremo e infinito, la única causa, el único creador. Puesto que la naturaleza de Dios es totalmente buena, todas las manifestaciones de Dios también tienen que ser buenas y armoniosas. Dios es la fuente de la verdadera actividad. Lo igual produce su igual, por tanto, todo lo que expresa la inteligencia y el poder de Dios tiene que ser semejante a Dios. Tiene que ser bueno; tiene que ser inmutable, eterno; tiene que bendecir.

No puede haber nada desemejante a Dios si Dios llena todo el espacio, y la Biblia nos asegura que El llena todo espacio. En la omnipresencia del bien no puede haber mal, ni fuerzas destructivas. Cristo Jesús calificó al diablo — o mente mortal, lo que sugiere un poder opuesto a Dios, el bien — como "mentiroso", "no hay verdad en él". Juan 8:44. Los sentidos materiales puede que declaren que existen condiciones nocivas a las que, a veces, se les da el impresionante título de "leyes". Pero debido a que estos sentidos están ciegos a la presencia y naturaleza de Dios, no se puede contar con ellos para que nos digan la verdad.

En su obra sanadora, Jesús no se dejó distraer por los sentidos materiales que niegan a Dios. El reprendió a los fariseos y saduceos por su ciego fracaso para ver más allá de estos sentidos. Les dijo: "Cuando anochece, decís: Buen tiempo; porque el cielo tiene arreboles. Y por la mañana: Hoy habrá tempestad; porque tiene arreboles el cielo nublado. ¡Hipócritas! que sabéis distinguir el aspecto del cielo, ¡mas las señales de los tiempos no podéis!" Mateo 16:2, 3.

Mediante el estudio de la Biblia y del libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud por la Sra. Eddy, percibimos que Dios, el Amor, es quien realmente gobierna. La Ciencia Cristiana rechaza el concepto acerca de que el hombre es una impotente víctima de las circunstancias y, en vez, nos enseña que el hombre es espiritual, la semejanza de Dios, y refleja Su dominio. Aprendemos a probar lo que eso significa en nuestra experiencia diaria.

A medida que oraba para entender más sobre el gobieno que Dios ejerce en mi vida, de pronto pensé en algo que había leído en Ciencia y Salud acerca de la curación de una mujer con tuberculosis pulmonar, sensible a las condiciones atmosféricas. Ella atribuía los períodos en que tenía dificultad para respirar a la acción de los vientos del este. La Sra. Eddy nos dice cómo, durante uno de estos ataques, ella se sentó en silencio junto a la mujer, cuya respiración pronto se volvió profunda y natural. "Le pedí entonces que mirara la veleta. Miró y vio que señalaba exactamente hacia el este. El viento no había cambiado, pero su pensamiento acerca del viento sí había cambiado, y, por lo tanto, su dificultad para respirar había desaparecido. El viento no había producido la dificultad. Mi tratamiento metafísico cambió la acción que su creencia tenía sobre los pulmones, y jamás volvió a sufrir a causa de los vientos del este, sino que su salud le fue restablecida".Ciencia y Salud, págs. 184-185.

Me di cuenta de que mi esposo y yo habíamos aceptado la noción de que nuestro negocio tenía "dificultad para respirar" cuando prevalecían ciertas condiciones atmosféricas. Comprendí que no teníamos que aceptar esa creencia falsa, así como no lo hizo la paciente de la Sra. Eddy. Las mismas verdades metafísicas que invirtieron su caso podrían aplicarse a nuestro negocio.

Ciencia y Salud declara: "Estad de portero a la puerta del pensamiento. Admitiendo sólo las conclusiones que queráis que se realicen en resultados corporales, os gobernaréis armoniosamente. Cuando se presente la condición que según vuestra creencia ocasiona la enfermedad, ya se trate de aire, ejercicio, herencia, contagio o accidente, desempeñad entonces vuestro oficio de portero y cerrad el paso a tales pensamientos y temores malsanos. Excluid de la mente mortal los errores nocivos; entonces el cuerpo no podrá sufrir a causa de ellos".Ibid., pág. 392.

Las condiciones materiales no pueden interferir en la expresión de ideas espirituales. Me di cuenta de que nuestra verdadera actividad comercial era expresar las cualidades semejantes a Dios, de belleza, utilidad, servicio desinteresado, lozanía, alegría, armonía. Con mi consciencia y mi vida llenas de estas cualidades, pude desechar "los errores nocivos" de temor, limitación, ansiedad e inactividad.

Dios, el Espíritu, la sustancia divina — no una empresa humana — era nuestra provisión inagotable. En realidad, como semejanza de Dios, manifestamos los atributos de Dios, expresamos Sus ideas, que siempre están en perfecta armonía, la provisión respondiendo a la demanda y la demanda reconociendo su provisión.

Después de meditar devotamente sobre estas verdades espirituales, sané de la preocupación de “cielo nublado”. Sabía que mi provisión de las bendiciones de Dios era ilimitada, con lluvia o con sol. Me liberé del peso de la duda acerca de si el bien fluctuaría cuando las condiciones no respondían a mis creencias preconcebidas. Eso fue realmente un gran alivio. (Y descubrimos que los días de lluvia, cuando los visitantes no pueden participar en deportes al aire libre, pueden ser días ideales para salir de compras.)

El viento y el tiempo, la alineación de los planetas y las estaciones, no gobiernan al hombre de Dios. Mediante la Ciencia Cristiana, aprendemos a cambiar las impresiones de los sentidos materiales, con sus llamadas leyes limitativas, por la evidencia verdadera del sentido espiritual, la evidencia que Dios revela sobre lo que realmente está sucediendo en Su universo espiritual, armonioso e ilimitado.

El sentido espiritual nos da un reconocimiento creciente de lo que es Dios, la única causa, la única Mente infinita, el Principio divino. En el plan inteligente de Dios, cada una de Sus creaciones es mantenida en el orden divino ilimitable. El Principio, la Mente, opera con sabiduría y serenidad.

A veces, por ignorancia de la guía de Dios o por no estar dispuestos a confiar en ella, trazamos, con sinceridad y buena voluntad, planes que nos parecen absolutamente estupendos. Por cierto, orar al hacer planes es una actividad humana sensata; pero, a menudo, después de haber planeado exactamente cómo creemos que la cosas deben suceder, para nuestro desaliento, nos encontramos con interrupciones o resistencia.

Es entonces cuando debemos abandonar los planes humanos — por más preciado que sea nuestro plan — y humilde y abnegadamente escuchar lo que nuestro Padre amoroso ya ha preparado para nosotros. No tenemos por qué perder la esperanza. Ciencia y Salud explica: “La circunstancia misma que tu sentido sufriente considera enojosa y aflictiva, puede convertirla el Amor en un ángel que hospedas sin saberlo”.Ibid., pág. 574. Al obedecer la dirección de la Mente, podemos ver los acontecimientos bajo una nueva luz. Podemos ser guiados a dar algunos pasos sorprendentes, pero de todas maneras, recibiremos una bendición abundante.

Ezequiel escribe sobre la promesa de Dios a Sus seguidores fieles: “Daré bendición a [ellos] y a los alrededores de mi collado, y haré descender la lluvia en su tiempo; lluvias de bendición serán”. Ezeq. 34:26. El universo es de Dios y está gobernado armoniosamente por El. Podemos demostrar el gobierno de Dios en todo. El nos da este derecho y la inteligencia para ejercerlo.

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