Estoy muy agradecida por la Ciencia Cristiana Christian Science (crischan sáiens) y por lo que ésta ha hecho por mí. Antes de que la Ciencia llegase a mi vida, no tenía ninguna comprensión de la bondad absoluta de Dios. Percibía a Dios como alguien muy lejano y vengativo, que me veía sufriendo sin hacer nada para ayudarme. Desearía relatar algunas de las curaciones y bendiciones que nuestra familia ha recibido desde que obtuve una nueva comprensión de Dios mediante la Ciencia Cristiana.
Poco después de haberme interesado en la Ciencia, se me manifestó en la frente una alarmante condición: una gran protuberancia e hinchazón que hacía mi apariencia muy desagradable. Esta condición desaparecía sólo para reaparecer luego de unas semanas. Me sobrecogió el temor; sin embargo, no estaba preparada para confiar en la Ciencia Cristiana, pues no tenía mucho conocimiento de ella.
El médico que consulté estaba asombrado con esta condición. Me sometió a varios exámenes médicos, sólo para descubrir que sus teorías eran incorrectas. No obstante, me dio algunos medicamentos para tomar. Así lo hice, pero sin ningún resultado positivo; la condición continuaba reapareciendo.
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