Hay muchas personas que están luchando para pagar sus cuentas y se sienten oprimidas por grandes deudas. La presión de los compromisos contraídos con otras personas llega a parecer abrumadora. ¿A quién podemos recurrir cuando no parece presentarse una solución humana?
Hace siglos, refiriéndose al verdadero sentido en cuanto a los valores, Cristo Jesús dijo: "Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas". Mateo 6:33. El sabía que nuestra deuda principal con Dios, el Padre, es amar, comprender y servir más y mejor a Dios en pago de nuestra gratitud por la bondad infinita que continuamente otorga a Sus hijos. Al buscar primero la comprensión espiritual de Dios, por encima de todas las cosas, somos guiados divinamente, paso a paso, a conducir de una manera sabia nuestros negocios y asuntos financieros, y, finalmente, liberarnos de los compromisos apremiantes.
Jesús no tenía salario ni medios regulares de subsistencia, y, sin embargo, su comprensión de Dios era tan perfecta que sus necesidades y las de sus discípulos fueron siempre satisfechas. Cuando viajaban alrededor del país, ocupados en los asuntos del Padre, recibían provisión de alimentos, alojamiento, vestimenta y transporte debido a la comprensión y confianza total que tenía el Maestro de que el bien proviene siempre de Dios y en abundancia.
En la Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens), que nos muestra cómo obedecer y poner en práctica las enseñanzas de Jesús en nuestra vida diaria, aprendemos a pagar nuestras deudas y satisfacer nuestras necesidades poniendo a Dios primero en nuestra vida. A medida que descubrimos lo que esto significa espiritualmente, y con paciencia aprendemos a demostrar, en mayor medida, la verdad acerca de Dios y el hombre, creado espiritualmente a Su semejanza, recibimos un bien mayor. Permítanme que explique con un ejemplo lo que esto significa en términos prácticos.
En una época estaba abrumada por grandes deudas y la situación parecía desesperada. La presión era muy grande, no parecía haber solución alguna a la vista y me sentía muy desalentada. Simplemente, mis entradas parecían insuficientes para hacer frente a mis obligaciones, aun cuando había hecho todo lo que podía para ser sabia y frugal.
Cierto día, ya entrada la tarde, estaba sentada sola tratando desesperadamente de encontrar una solución a mi problema, y me acordé de una cita en los escritos de Mary Baker Eddy, Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana: "El camino correcto nos da derecho al camino, es decir, al camino de la Verdad y el Amor por el cual se pagan todas nuestras deudas, la humanidad es bendecida y Dios es glorificado".The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany, pág. 232.
Luego oré sinceramente: "Dios querido, muéstrame el camino acertado que he de seguir. Trato humildemente de hacer Tu voluntad en esto y en todas las cosas".
Inmediatamente percibí con claridad que debía hacer ante todo lo primero: confiar a Dios la dirección de mis asuntos. Percibí que debía consagrarme más al estudio de la Biblia y del libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por la Sra. Eddy, que tanto ilumina la Biblia. También me di cuenta de que debía servir de una manera más desinteresada en la iglesia, pues siempre se necesitan trabajadores, y dar más apoyo financiero a la iglesia. En seguida, llena de gozo, saqué mi chequera e hice un cheque por una cantidad importante para la iglesia. De acuerdo con el sentido humano, esto hubiera parecido insensato y descabellado. Ciertamente, la iglesia jamás quiere que sus miembros descuiden su propia situación y pongan en peligro sus finanzas. Pero, como la mujer en la Biblia quien echó en el arca dos monedas (ver Marcos 12:41-44), voluntariamente contribuí con esta cantidad, como una expresión de mi profunda gratitud y confianza de que, el poner ante todo lo primero, jamás podría dañarme o quitarme algo.
De ahí en adelante, el estudio de Ciencia Cristiana ocupó un lugar más importante en mis asuntos diarios, y Dios ocupaba el primer lugar en todo. El gozo de aprender más acerca de Dios y de la naturaleza del hombre a imagen de Dios, adquirió importancia primordial, y pude compartir esta nueva comprensión espiritual con los demás.
Poco después, me llamó una querida amiga y me preguntó si necesitaba un préstamo, indicando una elevada suma. Consideré aceptar el préstamo, pero estaba escuchando para saber cuál era la voluntad de Dios; entonces fui guiada a decir amablemente que no. Sentí que el problema de la deuda debía ser resuelto de otra forma y, en efecto, así fue. Al cabo de pocos meses recibí un dinero, aparte de mi salario, en pago de cuentas que hacía tiempo me debían. Además de pagar las cuentas corrientes, pude pagar la deuda de mi renta que estaba seis meses atrasada y me tenía muy preocupada.
Al final del año, todas mis deudas estaban saldadas y había aprendido a dar con mayor generosidad, ayudando así a bendecir a toda la humanidad con mi creciente comprensión espiritual acerca de Dios y del hombre, Su imagen y semejanza. Pero lo más maravilloso fue que, a medida que continué viviendo y practicando las verdades de la Ciencia Cristiana en mis tareas diarias, dejé de lado muchas de las creencias y pensamientos limitativos y adopté un sentido más espiritual de la vida y la felicidad.
El libro de texto de la Ciencia Cristiana comienza diciendo: "Para los que se apoyan en el infinito sostenedor, el día de hoy está lleno de bendiciones".Ciencia y Salud, pág. vii. El amor de Dios me demostró la abundancia infinita del bien que El da a sus amados hijos. Todos podemos descubrir este hecho espiritual. Nuestra deuda más urgente es la deuda de gratitud con el Padre por el gozo y privilegio de ser Su hijo perfecto. Esta gratitud se expresa mejor cuando vivimos espiritualmente, lo cual inevitablemente trae bendiciones.