Tal vez, no haya otra época en el año en que el pensamiento de tanta gente recurra a la Biblia para leer sobre los acontecimientos que satisfacen las esperanzas espirituales de la gente del Antiguo Testamento, y que anticipan el Nuevo Testamento. Acontecimientos que conocemos muy bien, aunque siempre deseamos escucharlos de nuevo. Acontecimientos dispuestos sobre un escucharlos que abarca desde la rusticidad de un pesebre hasta la grandeza cósmica de los cielos llenos de luz.
Belén... pastores... pañales. Buenas nuevas... gran gozo. Un niño nos ha nacido... Gloria a Dios en las alturas... paz y buena voluntad. Palabras que están inscritas en nuestros corazones. Palabras que son más que palabras. Palabras que provienen de un libro como ningún otro.
"La Biblia", escribe Mary Baker Eddy, "es nuestra roca batida por las olas... Resiste la tormenta" (The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany, pág. 295). Y también ella escribe "Como adherentes de la Verdad, aceptamos la Palabra inspirada de la Biblia como nuestra guía suficiente hacia la Vida eterna".Science and Health (Ciencia y Salud), p. 497: "As adherents of Truth, we take the inspired Word of the Bible as our sufficient guide to eternal Life."
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