“Si soy electo, haré...” Todos hemos oído esos discursos. Por lo general son bastante esteriotipados. Este no lo era. Según recuerdo, era así:
“¡Cómo podré agradecerles! Esta es la primera vez en mi carrera política que he sido premiado por hacer algo sólo porque creí que era lo correcto. Nunca olvidaré este día, y les prometo solemnemente que si soy electo para el Congreso, siempre me esforzaré por servirlos partiendo de mi concepto más elevado de lo que es justo”.
Un grupo de mujeres agradecidas acababa de lanzar de manera sensacional la campaña del candidato para el Congreso de los Estados Unidos con una reunión política (en la forma de una tertulia). Se reunieron varios cientos de invitados. Todos ellos reconocían que cuando el candidato era concejal de la ciudad, su voto y valiente apoyo por un asunto de gran importancia para la comunidad habían sido el factor clave que hizo que el caso se resolviera a favor de ellos. En señal de agradecimiento le estaban extendiendo una mano de amistad y apoyo político en la elección venidera.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!