Durante mi larga carrera de negocios, tuve media docena de empleos. Mientras que dos de ellos fueron por períodos de diecisiete y veintitrés años respectivamente, la terminación de estos empleos nunca fueron mi decisión propia, sino de la gerencia. Un sentimiento de fracaso predominaba en la evaluación que me hacía a mi mismo. En años recientes, un trabajo nuevo que me gustaba muchísimo también fue eliminado. De nuevo, me sentí desalentado, un sentido recurrente de mi falta de autoestima.
Echando un vistazo a mi vida, aunque fui criado en la Ciencia Cristiana, no había deseado hacerme miembro de la iglesia. Cambié mi manera de pensar cuando sané de un problema en la cadera mediante la ayuda devota de un practicista de la Ciencia Cristiana. Logré una nueva comprensión y aprecio por la Iglesia de la manera que la Sra. Eddy describe Iglesia en el libro Ciencia y Salud. Después de asistir a los servicios religiosos de la iglesia filial con regularidad, me hice miembro de La Iglesia Madre y de una iglesia filial local. En esta última me pidieron que sirviera en un comité y poco después que fuera su presidente. Al llevar a cabo mis deberes con entusiasmo junto a los demás miembros, me sentí nutrido por el amor que ellos me mostraron.
Una noche, cuando estaba preparando la iglesia para una reunión de negocios, me pidieron que tomara algunas responsabilidades adicionales que generalmente no estaban asignadas a nuestro grupo. Fue entonces que el siguiente pensamiento sanador me llegó: "Soy necesario; me necesitan". En ese momento, de pronto me di cuenta de que estaba libre del peso agobiador del menosprecio de mí mismo.
En el artículo titulado "El camino", en el libro Escritos Misceláneos escrito por la Sra. Eddy, leemos que la primera etapa de crecimiento en la demostración de la Ciencia Cristiana es el conocimiento de sí mismo, la segunda es la humildad, y la tercera se manifiesta en amor. El artículo declara que "la humildad es lente y prisma de la comprensión de la curación por la Mente.. .
"La humildad no es una entremetida: no tiene momentos para inmiscuirse en los asuntos ajenos, no tiene lugar para la envidia, ni tiempo para palabras vanas, diversiones fútiles, y toda la etcétera de los medios y métodos del sentido personal". Un diccionario también define la palabra "humilde" como "sin orgullo", "sin agresión".
Lo que no estaba claro para mí durante mis muchos años de lucha era la verdad de que yo no podía carecer de confianza normal, porque ésta se deriva de Dios. Ni tampoco podía impugnar la voluntad de Dios rehusando amar mi verdadera naturaleza como Su reflejo perfecto y espiritual. Con la aceptación de este incipiente entendimiento, comprendí lo que es la humildad. Esto es, no someternos a la limitación ni doblegarnos al sentido mortal y agresivo de las cosas que nos sugestiona diciendo: "Tú eres un fracaso y no mereces el amor de Dios". La verdad es que el hombre refleja el amor completo e inagotable de Dios. Yo expreso ese amor y tengo que compartirlo con toda la humanidad; no hay falta de habilidad para expresar el amor constantemente.
¡Qué caudal bello es el amor! Interminable y siempre presente para dar y compartir. Hay un verdadero mercado para todo el amor que uno irradia. Mi deuda al Maestro, Cristo Jesús, a la Sra. Eddy, y a todos los activos Científicos Cristianos, sólo se puede pagar compartiendo este regalo de Dios eternamente.
Boca Ratón, Florida, E.U.A.