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No es simplemente otro día

Del número de diciembre de 1990 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


“¡Lo hicieron de nuevo! Pusieron mi programa favorito de televisión el miércoles a las ocho de la noche. Quizás me quede en casa esta noche y no vaya a la iglesia.

“Yo voy a la iglesia todos los domingos, y estudio fielmente las Lecciones Bíblicas que aparecen en el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana. Pero no puedo entender por qué cada miércoles por la noche tengo que apresurarme en llegar a casa del trabajo, alimentar a la familia, y correr a la iglesia. ¡Ya esto es demasiado!”

Uno siempre puede encontrar razones — si uno quiere — para no asistir a las reuniones de testimonios de los miércoles en su iglesia filial: enfermedad, mal tiempo, conflicto en los horarios del trabajo o de las actividades de la escuela, obligaciones familiares, crímenes en el vecindario.

Pero he encontrado mejores razones para estar allí. No es que nunca haya faltado, pero los beneficios de estar allí a menudo han incluido la curación de una indisposición o la solución de un problema que había traído al servicio conmigo.

Es claro que la razón principal para asistir es adorar a Dios, lograr una comprensión más profunda de Dios y del hombre, y traer nuestra oración que bendice a la congregación entera y a nuestra comunidad. Tal adoración trae a nuestra vida un sentido de bienestar genuino y profundo, y dominio espiritual. Tenemos el derecho de defendernos contra cualquier falso argumento que pueda impedirnos de estar donde podemos contribuir y recibir un bien tan grande. Nuestra defensa estriba en entender nuestra identidad como la amada identidad misma de Dios, su linaje espiritual.

Al identificarnos como el linaje espiritual de la única Mente, Dios, nos es más fácil reconocer las distracciones y la apatía como simplemente parte de la creencia de que hay más de una Mente, un poder, que constituye y gobierna al hombre y al universo. En realidad, no hay otra mente que pueda tomar el lugar de nuestra consciencia e interferir con los pensamientos inteligentes que Dios nos da. Pero sí necesitamos mantener nuestro pensamiento cerca del hecho espiritual de que Dios es el bien infinito, el único bien; que el mal es impotente para anular Su poder. En el libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud, la Sra. Eddy escribe: "El mal no tiene realidad. No es ni persona ni lugar ni cosa, sino simplemente una creencia, una ilusión del sentido material".

Cualquiera que parezca ser la validez de la distracción que nos mantenga alejados de los servicios de testimonios de los miércoles por la noche, no puede resistir a la Verdad omnipotente. La apatía, el dolor, el temor y el razonamiento material solamente tienen el apoyo de una mentira, la mentira de que el mal es real y que puede usar al hombre como su agente. Pero las mentiras nunca son verdad, y las ilusiones deben desaparecer ante la luz de la Verdad.

Mediante una comprensión cada vez mayor de la idea espiritual de Iglesia y del poder de esta idea, podemos empezar a captar cómo este entendimiento nos influye para bien. La interpretación del término bíblico Iglesia dado en el Glosario del libro Ciencia y Salud, nos ayuda a discernir la verdadera idea e indica también las bendiciones que son propias de la institución humana, bendiciones para la comunidad a la cual la iglesia filial sirve tanto como para nosotros. Leemos: "IGLESIA. La estructura de la Verdad y el Amor; todo lo que descansa en el Principio divino y procede de él.

"La Iglesia es aquella institución que da prueba de su utilidad y eleva a la raza humana, despierta al entendimiento dormido de las creencias materiales para que comprenda las ideas espirituales y demuestre la Ciencia divina, y así echa fuera a los demonios, o al error, y sana a los enfermos”.

La mayoría de nosotros reconoceríamos que necesitamos curación en algún aspecto de nuestra vida. Todos podríamos tener menos temor, mayor confianza o sabiduría. Esto y más se puede lograr al escuchar con devoción un miércoles por la noche, realmente escuchar y oír. No sólo tiene influencia sanadora el escuchar las verdades leídas desde el púlpito, sino que los testimonios compartidos ilustran el poder de estas verdades para sanar la discordancia. El libro Ciencia y Salud asegura: “La Verdad es afirmativa y confiere armonía”.

En una reciente reunión de testimonios una amiga comentó que ella había tenido muchas curaciones a través de los años escuchando los testimonios de curación de los miércoles por la noche. Ella dijo que sentía que las reuniones de testimonios la habían expuesto a los rudimentos de la curación espiritual, le habían abierto el pensamiento a la realidad y al potencial de la curación espiritual. Ella sintió que cada actividad de la iglesia lleva a uno más allá en la capacidad para sanar, y que la asistencia a las reuniones de testimonios había sido, en su caso, especialmente beneficiosa.

En una carta a la Iglesia de Tesalónica, el apóstol Pablo dio el siguiente consejo afectuoso: “Animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis”. Y más adelante instó: “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”. ¿Podrían estas palabras describir perfectamente el propósito y la actividad de nuestras reuniones de testimonios de los miércoles por la noche? Ahí nosotros sí nos animamos y edificamos unos a otros, damos gracias a Dios al compartir nuestro gozo en el descubrimiento espiritual.

Cuando reconocemos los beneficios que recibimos cuando obedecemos las exigencias de una percepción más espiritual de Iglesia, el concepto de deber rápidamente pierde sus connotaciones negativas. Cuando experimentamos el sentido maravilloso de bienestar y los efectos prácticos y sanadores de amar a Dios con todo nuestro corazón, encontramos ¡que los miércoles no llegan lo suficientemente pronto!

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