Estoy Profundamente agradecido por la Ciencia Cristiana. Fui criado en esta Ciencia pero durante mi adolescencia me alejé de sus enseñanzas. Durante algún tiempo fui adicto a las drogas, pero después de tres años las abandoné. Entonces comencé a beber en exceso.
Sintiéndome cada vez más deprimido, finalmente abandoné mis estudios universitarios. Empecé la búsqueda de un significado más profundo de mi vida, sabiendo que mi conducta no era correcta. Aunque probé diferentes métodos para corregir mi comportamiento, nada parecía ser eficaz.
Una noche todo llegó a un punto crítico cuando me emborraché al punto de perder todo control de mí mismo. Actué en forma destructiva y violenta. Gritaba, golpeaba y daba puntapiés a las paredes. Como nunca había sido una persona violenta, esta experiencia me afligió mucho.
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