Dos de mis amigas estaban emprendiendo valiosos proyectos, cada una en forma independiente. Yo me sentía contenta de poder ayudarlas prestándoles algunos fondos, en el entendido de que cada una devolvería el préstamo en pequeñas cuotas.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!