Comence A Subir la alta escalera. Cuando me detuve casi al llegar al tope, sentí las manos húmedas y me costaba un poco respirar. Pero supe que estaría bien. Me solté de la escalera y me lancé hacia abajo de espaldas, justo para caer en los brazos abiertos de amigos listos para recibirme. La caída fue un ejercicio de confianza que hicimos en una clase de actuación que estaba tomando. La experiencia fue una lección gráfica.
Una tarde leí una sorprendente declaración que me recordó la experiencia. Decía así: “Osad ser leales a Dios y al hombre” (The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany por la Sra. Eddy). Nunca antes había pensado en la fe en términos de “osadía”, pero cuanto más pensaba en esta declaración tanto más me ayudaba a comprender lo que es la fe.
A veces pensamos que la fe en Dios es simplemente algo que uno tiene o no tiene. Tal vez no pensamos muy a menudo en cultivar seriamente tal confianza. No obstante, la declaración antes mencionada muestra la necesidad de desempeñar una función activa — hasta valerosa — para ser leal. La verdadera fe no consiste en negar la realidad de una manera débil e ignorante, ni tampoco es una devoción superficial y fingida. La verdadera fe es intrépida y requiere fortaleza e integridad espirituales porque a menudo exige ir contra los sistemas generalmente aceptados por la sociedad.
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