Hace Poco Un amigo me dio un libro cuyo título es We, the Children [Nosotros, los Niños], publicado en colaboración con el UNICEF. Es una colección de fotografías en color de niños de todos los continentes del mundo. Cada foto cuenta una historia y muestra la inmensa variedad de tipos de educación, ambiente y vida cultural de los niños. A través de estas notables fotografías captamos un indicio de la experiencia colectiva de la niñez, al ver parte de las alegrías y triunfos de los niños, al igual que sus luchas y males.
Este tipo de fotografía nos recuerda que los niños son el recurso más valioso del mundo. En los niños, la elasticidad, la espontaneidad, el afecto y la inocencia, son algo natural. Y, generalmente, poseen un sentido agudo de observación a la vez que el gozo de aprender. En realidad, todos nosotros poseemos estas cualidades. Es cierto que a veces quedan sepultadas bajo las responsabilidades de la vida del adulto; pero en esencia permanecen en nosotros y podemos recobrarlas en la medida en que valoremos y amemos al niño que hay en nosotros.
Para establecer una relación inteligente con los niños y fomentar su bienestar de un modo más intuitivo y eficaz es esencial que descubramos nuestras propias cualidades de niño. Cuando vemos las tristes circunstancias que rodean a tantos niños en el mundo, asumimos esta responsabilidad con mayor urgencia.
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