Es probable que quienes viven en las ciudades a veces necesiten interpretar las imágenes que encontramos en la Biblia sobre la agricultura y el desierto. Pero para
que junto a su esposo e hijas adolescentes tiene una granja en Australia y una industria casera derivada de lo que producen, la Biblia ofrece una guía muy inmediata y práctica. Ella encuentra que le da una comprensión más clara de las leyes espirituales que gobiernan el universo. Aquí nos habla sobre cómo el estudio de la Biblia y la oración consecuente la han ayudado tanto en su trabajo en la granja como en la comunidad y el ambiente en que vive.Mucha Gente Cree que al venir al campo todo va a ser bello y apacible, pero ¡los desafíos se presentan de inmediato! Cuando vine por primera vez a la granja que mi marido había establecido antes de casarnos, había una sequía que se había prolongado por varios años. Al principio me sentí abrumada por lo que parecía ser una espantosa necesidad de lluvia, porque teníamos que alimentar a nuestros animales. Tenemos unas mil cabras de Angora, que esquilamos por su lana, ganado vacuno, además de otros animales de granja.
Casi todas las semanas cuando leía la Lección Bíblica que se encuentra en el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana, encontraba versículos sobre el agua y la lluvia. Por ejemplo, en la Biblia leemos que Dios dice: “Yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobe tus renuevos; y brotarán entre hierba, como sauces junto a las riberas de las aguas”.
Cada vez que oraba, llovía un poquito. En una oportunidad, en que me dediqué a orar toda una tarde, me di cuenta de algo muy significativo: estaba orando para cambiar una situación; para que algo sucediera, en lugar de orar para alcanzar una perspectiva espiritual, es decir, para aprender más del amor que Dios siente por toda Su creación. No obstante, vi que no estaba sanando porque tenía mucho temor, y era preciso que viera con mayor claridad que el crecimiento es espiritual, nutrido por Dios “en su tiempo”, como dice la Biblia.
No mucho después de eso, cuando salí a alimentar el ganado, vi a un toro tan enjuto que, por extraño que pueda parecer, me reí. Era totalmente ridículo que yo pudiera creer que ésta era la verdadera identidad de este magnífico animal. Comprendí entonces que las ideas espirituales jamás están desnutridas. A partir de entonces oré con mayor intensidad para comprender la provisión de Dios, independientemente de lo que los sentidos materiales parecían estar mostrando. Unas seis semanas después, llovió mucho. Ha llovido casi regularmente desde entonces. El ganado se recuperó y ninguno se murió. Vi que en la oración tenemos que apartarnos de la creencia en una ley material y volvernos al cuidado que Dios tiene por toda Su creación.
Lo que aprendió en esa situación ¿la ha ayudado en otros aspectos de su labor agrícola? Sí. Una de las dificultades de la crianza de cabras y ganado es dar por sentado que la muerte y la devastación son inevitables. Por ejemplo, una noche en que las cabras estaban pariendo, habíamos tenido una lluvia muy fría y fuerte, y muchos recién nacidos murieron. Habíamos colocado lonas, pero no fueron adecuadas para la tormenta que tuvimos.
Me di cuenta de que la gente acepta que las cabras son muy frágiles cuando nacen. Por eso, al año siguiente, cuando se aproximaba la época de parición, oré para tener un sentido más claro de la presencia de Dios que es la Vida eterna, la Vida de toda Su creación. Sabía que esto era la realidad, y no la vulnerabilidad de la existencia de un animal frágil. Tuve dificultades con las madres que rechazaban a sus cabritos. Algunas cabras, que dieron a luz sus primeros cabritos, simplemente se iban y nunca miraban lo que dejaban atrás.
Vinieron a mi pensamiento las palabras de un poema de la Sra. Eddy. Se llama “Oración vespertina de la madre” y comienza diciendo: “Gentil presencia, gozo, paz, poder”. Comprendí que el amor de madre era una cualidad divina que se expresa a cada idea individual. Yo no tenía que alentar a estas madres cabras para que expresaran esa cualidad. Me despojé de ese falso sentido de responsabilidad, pero reconocí que Dios me estaba diciendo que El era Padre-Madre. Después de eso pude ir a los corrales con alegría. Vi que una cabra recogía y alimentaba a un cabrito que yo sabía era de otra madre. La madre natural lo había rechazado. Hablé con personas que se dedican al negocio de las cabras y me dijeron que ese comportamiento no es nada común.
Es interesante comprobar que los pasos humanos prácticos se evidencian a medida que nuestro entendimiento espiritual se esclarece. Para el año siguiente alguien había inventado un sistema de identificación, de modo que nunca más tuvimos problemas con los cabritos que se confundían con los de otras madres. Si se separan, puedo encontrar a la madre y al cabrito y ponerlos en corralitos por unos días para que se acostumbren el uno al otro. Creo que al año siguiente tuvimos casi un 100 por cien de nacimientos viables.
El ejemplo de Cristo Jesús, que enfrentó sin temor los desafíos de tormentas violentas y situaciones desesperadas, realmente me ayudó. La Biblia dice: “Tenemos la mente de Cristo”. Para mí esto quiso decir que incluyera la [inspiración] que necesitaba, ya sea para cuidar a un animal o para tratar de arreglar un caño de agua roto. Estoy aprendiendo a no reaccionar ante las dificultades y decir: “Así son las cosas”. En vez de eso, me estoy afirmando en mi comprensión y estoy aprendiendo a ser paciente. Había estado considerando que la paciencia era algo así como caminar tensa de aquí para allá, esperando a que Dios se dispusiera a hacer algo. Ahora veo que consiste en quitar pacientemente las hierbas malas del pensamiento, trabajar con paciencia para sacar del pensamiento todo lo que esté tratando de obstruir el punto de vista semejante al Cristo en el proceso divino.
Además de su dedicación diaria a las tareas de la granja, ¿qué le exige el ser miembro de su comunidad? En una pequeña zona rural uno se ve muy involucrado en los asuntos de la comunidad. En nuestra comunidad viven probablemente solo unas cincuenta familias. Por eso he estado trabajando en la escuela, ayudando a los alumnos a usar computadoras, y he tenido oportunidad de participar en el grupo local de protección del ambiente.
Nuestra granja en el valle del río Towamba está más abajo del bosque Coolangubra, que es un antiguo bosque de eucaliptus; algunos de los árboles gomíferos tienen cuatrocientos años. Alberga al recién descubierto rata canguro de patas largas, así como a muchas aves y animales como la cacatúa negra de cola amarilla, el ave lira y la poderosa lechuza, y otros animales originarios de Australia que son una fauna y flora poco común y especies en peligro de extinción.
Las industrias forestal y maderera están muy interesadas en el bosque. El molino de pasta de madera de una compañía extranjera, ubicado en las cercanías, ha estado cortando árboles, moliéndolos y enviando la pasta de madera a ultramar. Algunas personas de nuestro valle se sintieron muy preocupadas por las actividades de la Comisión Forestal, que les parecían inadecuadas y tal vez ilegales. Se convocó a una asamblea local. No asistí a ella, pero a la mañana siguiente recibí la llamada telefónica de una querida amiga que es bióloga. En esta reunión, que fue muy concurrida, había un sector radical, y mi amiga pensó que necesitaban una influencia moderadora. Me preguntó si estaría interesada en asistir a la próxima reunión. Accedí y terminé integrándome al grupo que defendía el ambiente.
Nuestros miembros eran muy diversos. Había un grupo radical y un grupo más conservador formado por agricultores y personas de negocios. Puedo recordar que pensé que todos tenían el mismo objetivo. Todos estaban interesados en proteger el bosque. Simplemente parecían tener distintos medios.
Hay un versículo de la Biblia que es muy apropiado: “Hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo”. ¡Qué importante es comprender que es el mismo Espíritu, Dios! Oré desde esta base de unidad durante los meses en que este grupo se reunió, allanando sus dificultades. El documento que surgió dice que uno de los objetivos es seleccionar miembros que realmente representen todos los puntos de vista, tratando de tender un puente sobre las diferencias sociales en un esfuerzo por establecer y mantener un grupo cohesivo. Eso muestra el amor que fuimos capaces de expresar por la comunidad.
Durante este tiempo, en la granja di trabajo a algunas de las mujeres cuyos maridos, hermanos y padres estaban trabajando en la industria de la madera. Amaba a estas mujeres, y creo que ellas sentían lo mismo por mí. Trabajamos muy bien juntas. Pero una de ellas sintió que tenía que irse, que era una hipocresía trabajar para mí porque yo era miembro del grupo que deseaba la conservación del ambiente. Hablé con las otras mujeres para ver cómo se sentían. Nunca antes habíamos hablado sobre esto, y me dijeron que sentían que la política no era parte de nuestra relación. Además sentían que mi marido y yo les habíamos dado la oportunidad de tener empleo en una zona donde había pocos empleos. Le escribí a la mujer que dejó el trabajo para decirle que todavía podía trabajar con nosotros si alguna vez quería hacerlo.
Un día recibí por correo un recorte del artículo de un periódico sobre algo que estábamos haciendo en la granja. Y en rojo había una nota al final que decía: “Esta mujer también está trabajando para quitarle el empleo a los que trabajan en la industria maderera”. Me sentí muy molesta. Era anónimo, pero de alguna manera sentí que tal vez la mujer que había trabajado para mí estaba involucrada en eso. Ella era muy activa en el grupo de trabajadores madereros.
Al principio me sentí herida. Después comprendí que tenemos que ponernos del lado de Dios. Me di cuenta de que el lado de Dios nos bendice a todos. Creo que había adoptado una posición un poco radical en favor del ambiente. Uno puede enredarse en una situación en la que siente que se está del lado que tiene las de perder. Después de haber superado la reacción inicial y empezado a orar, vi un contexto más amplio. Más adelante, esta misma mujer realmente se interesó por volver a trabajar conmigo. Al final no lo hizo, pero nuestra amistad se restauró. Pero lo que aprendí en mi oración ayudó a nuestro grupo ambiental.
¿Su grupo le entabló juicio a la Comisión Forestal? Sí, nuestro grupo, que deseaba proteger el ambiente, descubrió que la Comisión Forestal no estaba cumpliendo con el decreto forestal que requería un estudio previo acerca del impacto que tendría en el ambiente la tala en zonas susceptibles. Por eso decidimos demandar a la Comisión Forestal. Otros negociantes se unieron a la Comisión Forestal; los trabajadores madereros, los aserraderos, la compañía que operaba el molino que hacía pasta de madera; todos nos desafiaron. Y tenían abogados de mucha influencia.
Cuando comenzó el juicio, yo me quedé en el valle. Por más que deseaba estar en el juzgado, comprendí que era correcto que me quedara en casa, orando para apoyar la idea correcta, la idea de Dios, no simplemente una parte u otra en pugna. Cuando finalmente fui al juzgado, casi me sentí abrumada por el emocionalismo, no sólo por los defensores del ambiente que conocía tan bien. Me preocupaban igualmente los trabajadores madereros. Este era su medio de ganarse la vida.
Esa noche, después de ir al juzgado, la pasé orando. Entendí que Dios era el Juez en este caso. Trabajé la mayor parte de la noche, basándome en lo que dice la Sra. Eddy en Ciencia y Salud acerca de Jesús. Ella escribe: “Jesús veía en la Ciencia al hombre perfecto, que aparecía a él donde el hombre mortal y pecador aparece a los mortales. En ese hombre perfecto el Salvador veía la semejanza misma de Dios, y esa manera correcta de ver al hombre sanaba a los enfermos”. Llegué a ver que tenemos un solo Padre, que somos hermanos. Era fácil ver que no había dos posiciones sino una, la de Dios. No sabía cuál sería el resultado, pero sabía que era la creación de Dios y que El era responsable de ella. A medida que vimos más de lo que Dios ve, obtuvimos una visión más elevada de esta situación.
Cuando volvimos al juzgado, el juez había tomado una decisión que hizo que todos los sectores creyeran que habían ganado. Nadie perdió su empleo y, sin embargo, fue necesario hacer un estudio ambiental del valioso bosque, que había sido declarado patrimonio nacional. Ambas partes estuvieron conformes. Antes del cierre de este caso judicial hubo además una visita al bosque. Ambas partes tuvieron que pasar cuatro días con el juez, indicando los aspectos del bosque que deseaban destacar en su caso. Durante ese tiempo ambas partes expresaron mucho amor.
Esta experiencia, lo mismo que la de la mujer que había trabajado para mí, me hicieron entender que mi tarea como Científica Cristiana tenía que ser la de una activista, pero una activista espiritual. Empecé a dedicar cada vez más tiempo a orar por el ambiente. Antes, leía y estudiaba por la mañana, pero también estaba muy involucrada en los detalles de la organización del grupo ambiental, organizando reuniones con políticos, por ejemplo. Vi que ya se había producido un despertar en la comunidad. De nuestro pequeño grupo de menos de una docena de personas de pronto había varios grupos y cientos de miembros. Se me ocurrió que mi trabajo ahora consistía más en orar por el ambiente que en tratar de influir a los legisladores.
La Biblia dice: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. Y de acuerdo con esto, Ciencia y Salud por la Sra. Eddy dice que Dios es la única causa y el único creador. Su universo es el universo espiritual del que el primer capítulo del Génesis dice: “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera”. Es preciso que veamos que todo es una idea de Dios. Toda cosa real existe en la Mente, como una idea espiritual. Cuando obtenemos un sentido más claro de lo que es Dios como lo describe la Sra. Eddy: “el origen y la finalidad”, entonces estamos empezando desde el punto de vista correcto. Podemos tener la certeza de que tendremos buenas ideas que se podrán poner en práctica en la escena humana. Un plan inspirado por Dios va a bendecir a todos. Podemos regocijarnos al saber que en la realidad espiritual todo existe en armonía, y podemos orar para estar más conscientes de esa perspectiva.
Todos los asuntos del ambiente necesitan nuestras oraciones. Sé que nuestras oraciones contribuyen a levar el pensamiento. Es un hecho que estas oraciones, que buscan obtener una comprensión más clara de Dios y Su creación perfecta, traen cambios.