Mi Madre Fallecio cuando yo era muy pequeño, y mi padre también falleció cuando yo era aún de tierna edad. Mis familiares me cuidaron, pero las cosas eran difíciles para mí mientras crecía. Me sentía más deprimido que feliz en mi niñez. Mi mundo en este tiempo carecía del cuidado, afecto y dirección de mis padres.
Se creía que la muerte de mis padres había sido el resultado de actos de brujos y hechiceros. La casa de oración a la que asistíamos confirmó que esto era posible al describir a los hombres como descendientes de Caín que buscan muchas maneras de destruir a sus hermanos y hermanas por medio del odio, la envidia, los celos y demás. De acuerdo con esta teoría, Dios está en alguna parte, muy alto, viendo y permitiendo que estas cosas sucedan de modo que El pueda vengar la sangre del inocente en el malvado.
Para mí esta idea nunca fue razonable. Yo sentía que si Dios no había cometido un error en Su creación, El no podía causarme a mí y a muchos otros que experimentáramos este destino. Acostumbraba a arrodillarme y orar, pero en esos momentos me sentía más condenado que nunca a sufrir los pecados de Adán y Eva, ya que mis oraciones parecían no recibir respuesta. Nunca me sentía satisfecho, sino que siempre estaba espiritualmente hambriento.
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