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Bajo el gobierno de Dios

Del número de mayo de 1993 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Los Ciudadanos De mi país vivieron durante casi cuarenta años bajo un régimen dictatorial que casi destruyó el progreso económico y social del país. No obstante, hace algunos años una revolución pacífica pero firme, cambió completamente la situación y nos devolvió la anhelada democracia y su consecuente desarrollo.

Sin embargo, a pesar de las buenas intenciones, el continuo caos y desorden que hubo durante los primeros años de democracia casi frustran nuestras esperanzas. Las luchas entre los partidos políticos y otros grupos cívicos, y la disolución de los gobiernos, parecieron arrastrarnos a un pozo sin fondo de pobreza y desaliento general. Pero junto con estos acontecimientos, fue evidente que la libertad y su efecto de abrir el pensamiento a nuevas ideas habían llegado.

A estas alturas conocí la Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens), y fue para mí como un vaso de agua fría para una mujer sedienta. Mi estudio de la Ciencia Cristiana empezó a traerme la más grande de las libertades, la libertad espiritual. Empecé a conocer y a comprender a Dios, a saber que El es el único poder verdadero y la fuente de todo el bien genuino.

Este conocimiento me permitió comprender que el gobierno verdadero es espiritual y le pertenece a Dios, a Sus inmutables y eternas leyes de justicia, armonía y progreso. Así que, debido a que el hombre en realidad está gobernado por estas leyes de Dios, la Verdad, el Amor y la Vida divinos, el hombre está protegido de toda norma falsa de discordia. Finalmente, tiene que verse que todo está bajo la jurisdicción justa y progresista del gobierno de Dios. Leemos en la Biblia en Salmos: “El juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con rectitud”. Salmo 9:8.

Sólo el Cristo es el poder de Dios que nos guía a esta comprensión espiritual de lo que es el verdadero gobierno. El Cristo, la verdadera idea de Dios y de la relación del hombre con El, revela la unidad del hombre verdadero con Dios. Jesús demostró la unidad del hombre con Dios tan plenamente que se le llama Cristo Jesús. La Ciencia Cristiana también nos ayuda a comprender la relación que tiene Dios con el hombre, quien es en realidad la idea espiritual de Dios, Su hijo. Dios manifiesta Su paternidad y maternidad mediante Su cuidado atento y constante, mediante la acción ininterrumpida y armoniosa de la Mente infinita, que es otro nombre para Dios.

Realmente, podemos captar una vislumbre de las leyes espirituales de progreso y justicia en la historia humana. Mediante el poder del Cristo, la ley divina actúa a nivel individual y, como resultado, a nivel colectivo y también universal. Dios, la Mente divina, abraza a todo el universo incluso al hombre individual, como la verdadera idea que refleja la inteligencia de Su gobierno perfecto y espiritual.

Ahora mismo, en la historia actual, somos testigos y participamos de la evolución progresista de los países que están en vías de alcanzar su liberación de sistemas políticos anticuados e ignorantes y de sistemas gubernamentales dictatoriales, y que se encaminan gradualmente hacia una mayor justicia social y progreso económico. Algunas veces el mal — en forma de razonamiento materialista y medios y arbitrios corruptos y mundanos— parece obstaculizar el progreso, pero tarde o temprano, la omnipotencia de la Verdad, Dios, anula cada obstáculo que parece oponerse a Su ley del bien omnipresente.

Si consideramos los acontecimientos de una manera más espiritual, nos damos cuenta de que el gobierno de Dios asegura el desarrollo y elevación de la raza humana a la consciencia de la realidad espiritual. En el libro Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, que Mary Baker Eddy, la Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana, escribió por inspiración divina, leemos: “Dios expresa en el hombre la idea infinita, que se desarrolla eternamente, que se amplía y eleva más y más desde una base ilimitada”.Ciencia y Salud, pág. 258.

Nosotros, los estudiantes de la Ciencia Cristiana en Portugal, persistimos en afirmar estas verdades espirituales y tratamos de ver la faz de Dios a través de nuestras dificultades, y tener fe en la supremacía del gobierno de Dios y en la evidencia del gobierno divino aquí mismo en nuestro país. Sabíamos que otros estaban orando también. Gradualmente la situación discordante comenzó a mejorar. El gobierno actual, elegido por la mayoría de votos del pueblo, ha traído a nuestro país, poco a poco, orden, paz, progreso económico, y el respeto de otros países en Europa. Estamos agradecidos por esto, pero al mismo tiempo recordamos que en realidad sólo existe un gobierno, y ése es el gobierno espiritual de Dios.

Con el entendimiento que nos da la Ciencia Cristiana, podemos captar una vislumbre de las cualidades divinas que refleja el hombre, que expresa la acción progresista de Dios. Esta es la ley eterna del Amor, la Vida y la Verdad, y cuando reconocemos que Dios es el único poder que gobierna al hombre, El nos muestra el sendero hacia el progreso espiritual, que es, después de todo, nuestro verdadero propósito.

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