“La práctica de la cirugía sin los potenciales efectos colaterales de la anestesia convencional es sólo una de la asombrosa variedad de funciones que desempeña la hipnosis en la medicina moderna. Después de décadas de ir languideciendo envuelta en una dudosa reputación extraída de la actuación teatral de ilusionistas y de las curaciones rápidas que prometían charlatanes, la práctica venerable de la sugestión hipnótica, demostrada por primera vez en el siglo XVIII por el médico vienés Franz Mesmer, está volviendo a gozar de respeto. Los médicos la están empleando para tratar la ansiedad, las fobias, las anormalidades sexuales, la anorexia y la bulimia; como así también para quitar verrugas y sarpullidos. A los pacientes que sufrieron quemaduras les están enseñando a apresurar la curación, y a los hemofílicos a detener la hemorragia mente dilatando o contrayendo los vasos sanguíneos de acuerdo con su voluntad. Tanto en el Walter Reed como en otros hospitales, la hipnosis se ha utilizado como la anestesia principal o única en procedimientos tales como las operaciones por cesárea.. .
“ ‘El éxito de la hipnosis depende realmente de la medida en que el sujeto quiere que funcione’, advierte el Sr. Campbell Perry de la Universidad Concordia de Montreal.. .
“ ’Muchos médicos aún piensan que es como decir abracadabra”, comenta el psiquiatra David Spiegel de la Universidad de Stanford, prominente investigador de este tema. ‘Sin embargo, es una técnica ridículamente simple y considerablemente poderosa’.. . ”
Nota de los Redactores: Si bien los móviles para aliviar el sufrimiento son comprensibles, lamentablemente no hay nada simple respecto al hipnotismo. En los primeros tiempos de su práctica de la curación cristiana, Mary Baker Eddy expresó seria preocupación acerca del uso del hipnotismo, cualquiera fuere el nombre bajo el cual se emplease: mesmerismo, sugestión hipnótica, magnetismo animal. Las curas supuestamente sencillas del hipnotismo inducen a la gente a ir hundiéndose en el mundo de las influencias mesméricas y del poder de la voluntad humana. El hipnotismo, en efecto, produce un mundo de sombras donde una sugestión mental puede reemplazar a otra con gran rapidez. Está muy lejos de conocer la roca, el Cristo, y la presencia de Dios, la Mente única, el Espíritu único.
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