Durante Un Lapso de varios años, aumenté considerablemente de peso. Intenté hacer dieta, ejercicios y ayuno. Mi talla se reducía durante períodos de tiempo, pero nunca en forma permanente. Me atormentaba el hecho de estar siempre con ganas de comer.
Yo había sido estudiante de la Ciencia Cristiana por largo tiempo, y a la larga me di cuenta de que tenía en mis manos un método de tratamiento más eficaz para este problema, uno que traería una solución permanente. En ese momento comencé a dedicar mi energía al estudio de la Biblia y de todos los escritos de Mary Baker Eddy. Como resultado, descubrí que el tiempo que ocupaba anteriormente en pensar en mi cuerpo y su apariencia, era mejor ocuparlo en pensar en Dios. Este estudio renovó mi compromiso de convertirme en una mejor cristiana practicante.
Pocos meses después, pedí una entrevista para visitar a una practicista de la Ciencia Cristiana. Para entonces yo sentía que había hecho progresos en la comprensión y demostración de las verdades espirituales. Sin embargo, aún sentía como si estuviera atrapada en un cuerpo que no me gustaba.
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