Hace Mas De quince años que estudio la Ciencia Cristiana, y he tenido pruebas de que podemos confiar en el poder del Cristo, la Verdad, para sanar la discordia desde el momento mismo que comenzamos nuestra "aventura" de estudiar esta maravillosa Ciencia.
Nuestra familia ha tenido curaciones de una nariz rota, ictericia, resfríos y gripes estacionales y jaquecas. También ha habido curaciones de carácter, como la disminución del egoísmo. La lista es casi interminable.
Tiempo atrás me preocupaba la inflamación de la encía que tenía alrededor de un diente flojo. Pedí tratamiento a un practicista de la Ciencia Cristiana por medio de la oración, quien me recordó que en ver dad yo soy una idea de la Mente divina, Dios, quien se expresa a Sí mismo sólo en perfección y que, por tanto, yo, como reflejo de Dios, no podía expresar la imperfección. El practicista también me dijo que en el libro de Mary Baker Eddy Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras aprendemos: "La materia no puede inflamarse. La inflamación es temor, un estado agitado de los mortales que no es normal. La Mente inmortal es la única causa; por consiguiente, la enfermedad no es ni causa ni efecto". También pensé en la muy conocida cita de 1 Juan en la Biblia: "En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor".
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