Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

¿Por qué asistir a la iglesia con regularidad?

Del número de septiembre de 1993 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Uno De Los privilegios de ser miembro de una Iglesia de Cristo, Científico, es la asistencia consecuente a los servicios de la iglesia. En estos tiempos de tanta actividad, el asistir con regularidad quizás parezca ser más una obligación que un privilegio. Sin embargo, concurrir a la iglesia puede ser mucho más que un compromiso rutinario.

A medida que nuestro amor por Dios, por los demás y por la comunidad se profundiza, asistimos a la iglesia por razones menos personales y más espirituales. Como consecuencia, asistimos a los servicios para apoyar el propósito fundamental de la iglesia, que es la curación. Nuestra presencia en los servicios es necesaria porque nuestra inspiración espiritual es necesaria. Es nuestra contribución a la iglesia. Y ayuda a que se produzcan curaciones durante los servicios de la iglesia.

La curación en las iglesias tiene precedentes. Mientras enseñaba en la sinagoga en el día de reposo, Cristo Jesús, demostrando el poder y la gracia ilimitados de Dios, sanó a un hombre que tenía un "espíritu inmundo". En otra ocasión, y recurriendo al mismo Principio divino, Jesús sanó en la sinagoga a una mujer que no podía pararse derecha. Jesús esperaba que sus seguidores hicieran este tipo de curaciones. No es de sorprender que una de las obras de Pedro y de Juan fuera la curación de un hombre cojo de nacimiento, efectuada cuando entraban al templo a la hora de la oración. La curación fue una parte muy importante de la nueva iglesia que Jesús estableció.

La Ciencia Cristiana preserva y difunde esta tradición de curación. Mary Baker Eddy, que descubrió las leyes de la curación científica por el Cristo, fue una notable sanadora. En una ocasión fue invitada a predicar a una iglesia de otra denominación religiosa, y muchos dieron testimonio de haber sido sanados con su prédica. Al recordar esta reunión, ella escribe: "Entre otras enfermedades sanadas especificaron casos de cáncer. Los casos descritos habían sido tratados y abandonados por médicos de las escuelas populares de medicina; pero yo no supe de estos casos sino hasta que las personas divulgaron su secreto gozo por haber sanado".Retrospección e Introspección, pág. 15.

En 1895, la Sra. Eddy ordenó a la Biblia y a Ciencia y Salud como el único predicador de las iglesias de la Ciencia Cristiana. Más tarde, ese mismo año, el Secretario de La Iglesia Madre habló sobre los buenos resultados de las inspiradas enseñanzas de este pastor impersonal. El dijo: "Hemos sido informados de muchos casos de personas que tras años de invalidez se habían cansado de esta vida, y han venido desesperados a los servicios, y a través del poder del Espíritu, han sido completamente sanados de sus dolencias y se han ido glorificando a Dios".Clifford P. Smith, Historical Sketches (Boston: The Christian Science Publishing Society, 1941), pág. 194.

Tanto hoy como en 1895, podemos esperar que las personas sanen durante los servicios religiosos. La Sra. Eddy lo esperaba. Sin embargo, ella pensaba que los servicios sanadores no dependían sólo de los mensajes sanadores del pastor sino de la inspiración, demostración y participación de cada uno de los miembros. En un artículo que apareció en uno de los primeros Christian Science Sentinels, se recordaba que la Sra. Eddy le había dicho a un alumno que "ella anhelaba ver el momento en que no habrá persona que entre a una iglesia de la Ciencia Cristiana, por más enferma o afligida que esté, que no salga sana, y que ese día sólo podrá llegar cuando cada uno de los miembros de la iglesia estudie y demuestre la verdad que contiene la Lección-Sermón, y lleve con él al servicio la consciencia preparada de esa forma".Citado en "Healing the Multitudes", Sentinel, 1.° de julio de 1916.

De esta declaración podemos comprobar que la Sra. Eddy relacionaba a los miembros de la iglesia con la curación. Este amplio concepto de la importancia que tienen los miembros nos ayuda a comprender que el hacerse miembro de la iglesia no es un acto formal que se hace una sola vez, sin mayores obligaciones. El ser miembro de la iglesia entraña un crecimiento espiritual, curación y amor desinteresado constantes para apoyarse unos a otros en los cultos de la iglesia.

Al principio quizás parezca ser una exigencia muy grande, pero no es una tarea difícil cuando recordamos que Dios es el sanador. La curación consiste en tener nuestro pensamiento imbuido de la realidad de la Verdad y el Amor. Es por medio de la Verdad y el Amor que podemos sanar. Al percibir esto, podemos comprender que la frase "Verdad y Amor" en la definición de Iglesia en el glosario de Ciencia y Salud por la Sra. Eddy, ofrece un significado vital de cómo la iglesia y la curación están relacionadas y no se pueden separar. La definición dice: "IGLESIA. La estructura de la Verdad y el Amor; todo lo que descansa en el Principio divino y procede de él".

El segundo párrafo hace referencia a la organización humana: "La Iglesia es aquella institución que da prueba de su utilidad y eleva a la raza humana, despierta al entendimiento dormido de las creencias materiales para que comprenda las ideas espirituales y demuestra la Ciencia divina, y así echa fuera a los demonios, o al error, y sana a los enfermos".Ciencia y Salud, pág. 583.

Es interesante advertir que este sentido espiritual de iglesia es análogo al mandato de nuestro Maestro: "Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios", que finaliza con esta enseñanza: "de gracia recibisteis, dad de gracia".Mateo 10:8.

¿No es esto lo que significa el "privilegio" de asistir siempre a la iglesia? ¿Ir a la iglesia no tanto para recibir como para dar? ¿Ir a la iglesia con profunda gratitud por las bendiciones recibidas y para compartir con otros el poder sanador de la Verdad? Transformar la pregunta ¿Cuánto bien recibo por ir a la iglesia? en ¿Cuánto bien puedo hacer si asisto a la iglesia?, agrega una dimensión más amplia a nuestra asistencia a los servicios.

En mi propia experiencia, tuve que aprender que asistir consecuentemente es más que ir a la iglesia con regularidad. Aprendí que también significa estar constantemente alerta a nuestros pensamientos durante el servicio religioso. Solía pensar que si podía dejar de pensar en las distracciones de mi vida tan ocupada y escuchar parte de la Lección Bíblica, esto era suficiente. Daba por sentado que otros estaban orando. Nunca se me había ocurrido considerar que yo podía contribuir al servicio con mi oración. A medida que comencé a estudiar (no sólo a leer, sino a estudiar) la Ciencia Cristiana, me di cuenta de que estaba "asistiendo" a la Iglesia, pero no estaba "sirviendo" a la Iglesia. Pensé en las palabras de Jesús: "¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora?" Mateo 26:40. ¡Supe que era tiempo de progresar!

No pude esperar más que otros hicieran lo que yo, como miembro, debía estar haciendo gozosamente en apoyo de los servicios sanadores. Necesitaba más amor desinteresado. Necesitaba estar segura de que mis pensamientos, mis actitudes y mis oraciones estaban orientadas espiritualmente. El estudio de la parábola de Jesús de las diez vírgenesVéase Mateo 25:1–13. fue muy útil para poder ver mis responsabilidades. La parábola destaca la necesidad de ser vigilantes. Las vírgenes insensatas fueron perezosas y no mantuvieron sus lámparas como las vírgenes prudentes. Las vírgenes prudentes estaban siempre listas. Como miembro de la iglesia, uno necesita ser consecuente en su estudio y oración durante la semana, y llevar este pensamiento espiritualizado al culto en la iglesia, para apoyar su propósito sanador. Uno no puede tomar prestada la oración fervorosa del esfuerzo diligente de otro. Cada uno debe obtener su propia iluminación espiritual por sí mismo. Cada uno debe tener lista su propia lámpara y estar seguro de que hay suficiente aceite de preparación interior y espiritual.

El punto culminante para mí fue darme cuenta de que asistir consecuentemente indica muchas veces que somos estudiantes dedicados de la Ciencia Cristiana. Cuanto más estudiemos y probemos las verdades sanadoras de la Ciencia Cristiana en nuestra vida, más desearemos estar en la iglesia para contribuir con la inspiración que hemos alcanzado.

¿Cómo recibimos inspiración? Ya se ha hecho mención en este artículo a una afirmación de la Sra. Eddy de que un buen lugar para comenzar es nuestro estudio de la Lección Sermón que aparece en el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana. El estudio diario de la Lección Bíblica se transforma en un recurso que podemos usar cuando oramos. Enriquece nuestra comprensión de Dios y del hombre como su expresión. Purifica nuestros móviles, espiritualiza nuestros deseos, y provee inspiración para la curación. Entonces, debemos practicar y vivir lo que hemos aprendido a través del estudio de la Ciencia Cristiana. Esta preparación espiritual que desarrollamos durante la semana nos ayuda a llevar a cada servicio religioso una consciencia clara de la presencia y el poder que tiene el Amor divino para proveer todo el bien.

Habrá momentos en la iglesia en que nos sentiremos más inspirados que en otros. El punto más importante es que nos esforcemos por ser ricos en pensamientos espirituales y pobres en ocupaciones humanas. Podemos comenzar disciplinándonos tomando el tiempo para orar a diario y estudiar con diligencia, ¡no porque tenemos que hacerlo, sino porque queremos hacerlo! Conocer la Verdad sana. Siempre podemos profundizar, elevar y ampliar nuestra comprensión de la Ciencia Cristiana. La demostración viene con el crecimiento espiritual.

A medida que más miembros asistan a los servicios de la iglesia convencidos de la curación espiritual y el amor universal, la atmósfera del pensamiento en los servicios será más inspirada. Esto ayuda a despertar a toda la congregación a una percepción del Cristo sanador. Cuando esto se logre, estará más cerca el día en que "no habrá persona que entre a una iglesia de la Ciencia Cristiana, por más enferma o afligida que esté, que no salga sana".

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / septiembre de 1993

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.