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EXTRACTOS DE LAS transmisiones de radio DE EL HERALDO DE CIENCIA CRISTIANA

En todas partes del mundo, las transmisiones de radio de onda corta del Heraldo están llegando a un extenso público. Los extractos que citamos a continuación, tomados en su mayor parte de entrevistas por teléfono o en nuestros estudios, expresan el lenguaje hablado y no han sido corregidos sustancialmente para su publicación.

Podemos esperar renovación

Cómo sanamos al purificar nuestro pensamiento

Tercera parte

Del número de marzo de 1994 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


La pureza es una cualidad que se puede expresar de manera práctica, como lo ilustra esta curación que compartió con nosotros El Dr. Charters es profesor de idiomas en la Universidad de Principia en el estado de Illinois en los Estados Unidos. El habló con que es conductor de los programas de onda corta de El Heraldo de la Ciencia Cristiana. El extracto de esta entrevista es la última parte de nuestra serie de tres sobre el tema de la renovación.

Duncan Charters: Hace varios años oí un testimonio en una iglesia de la Ciencia Cristiana donde se celebran reuniones de testimonios todos los miércoles. En ese testimonio una mujer contó que había tenido en sus manos muchas verrugas. Ella dijo que se daba cuenta de que necesitaba orar para sanar la situación, pero se dio cuenta también de que lo más importante era purificar más su pensamiento. Ella sabía que muchas veces los pensamientos que se nos ocurren son pensamientos basados en el sensualismo, basados en las opiniones de mucha gente, en la crítica de otras personas, en el resentimiento y demás.

Enrique Smeke: Incluso temor.

Charters: Sí, temor. Y ella se dio cuenta de que era necesario un cambio mental, que tenía que regenerarse, por así decirlo. Y creo que ella pensaba en una cita de la epístola de Santiago que está en el Nuevo Testamento en la Biblia: “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones”. Sant. 4:8. Ella comenzó a purificar su corazón, de acuerdo con las enseñanzas de la Biblia, y contó en este testimonio que poco tiempo después no tenía las verrugas.

Esto fue interesante para mí porque me di cuenta de que yo había aceptado toda la vida que tenía verrugas en las manos. No me molestaban mucho, pero me di cuenta de que podía aprender también de esto. Empecé a examinar mi propio pensamiento. Trabajaba en un departamento en que tenía muchos colegas que usaban a veces un lenguaje no muy bueno, y había muchas referencias a cuestiones sensuales. Yo me había dejado llevar un poco por esto. Me di cuenta de que era necesario que purificara más mi propio pensamiento.

Smeke: Cuando habla de purificar, Duncan, ¿podría explicar un poquito más eso? ¿Cómo nos enseña la Ciencia Cristiana que podemos purificar nuestro pensamiento?

Charters: Para mí, purificar es examinar el pensamiento para ver qué concepto tenemos de nosotros, de otras personas, de Dios. Y si el concepto que tenemos está basado en criterios humanos — que el ser humano es sexual, sensual, un pecador — es muy difícil para nosotros progresar en nuestro entendimiento de Dios, porque Dios, siendo todo el bien, no puede incluir pecado. Pero tenemos que demostrar esto. Y, por lo tanto, tenemos que acercarnos a Dios, acercarnos al bien.

Descubrí algo interesante. Entre mis colegas tenía una amiga, una mujer muy bonita, muy popular. Eramos amigos porque ella tenía completa confianza en mí, y yo también había orado para ver las cualidades espirituales que ella expresaba. Era una persona que expresaba mucha inteligencia, mucho amor, pero yo asociaba estas cualidades con Dios. No las asociaba con el cuerpo humano, y por eso veía su verdadera naturaleza como hija de Dios. Esto nos da la posibilidad de ver la perfección del ser creado por Dios, y eso me enseñó más y más lo que tenía que hacer. No podía condenar a mis colegas, pero tenía que orar mucho para ver a todos como hijos de Dios. También la Epístola de Santiago nos dice: “Humillaos delante del Señor, y él os exaltará”. Sant. 4:10. Y tenía que humillarme, porque desde el punto de vista espiritual yo no era mejor que ellos. Así que podía regocijarme de que todos éramos hijos de Dios, y todos recibíamos el mismo bien de Dios.

Smeke: ¿Me permite que lo interrumpa? La palabra “humillarse” es interesante, porque muchas veces se interpreta como “rebajarse”. Cuando, en la Biblia, uno se humilla ante Dios, ¿acaso no significa darle a El todo el poder que le pertenece?

Charters: Exactamente, porque Cristo Jesús dijo que no podía hacer nada por sí mismo; Dios lo hacía todo. Sin embargo, la Epístola a los Filipenses dice que podemos hacer todas las cosas mediante el Cristo que nos fortalece. Véase Filip. 4:13. Para mí es muy interesante pensar acerca de estas dos ideas. Dios es el Unico que tiene todo el poder, toda la inteligencia, todo el amor. Y cuando nos humillamos ante El, cuando reconocemos que El es la fuente de todo bien, podemos demostrar el máximo de amor, de inteligencia, también en la esfera humana.

Humillarse es reconocer que no tengo más espiritualidad que mi prójimo, que mis compañeros, porque Dios está vertiendo todo el bien en cada momento, y estamos ayudando a los demás cuando pensamos de esta manera. También, en mi propio trabajo, es muy importante en el medio universitario. Muchas veces hay mucho egotismo; muchas personas están compitiendo para hacer el mejor estudio, hacer la mejor investigación. Pero para mí lo más importante siempre ha sido humillarme ante Dios y reconocer que uno tiene la inteligencia que viene de Dios.

Tuve una experiencia muy interesante cuando hacía mi tesis doctoral. Una semana antes de los exámenes finales en que tenía que defender mi tesis, el director me dijo: “Este capítulo es inaceptable. Lo tendrá que volver a escribir esta noche”. Me sorprendió que él pensara que era posible hacerlo. ¡Yo no tenía tanta confianza! Sin embargo, llamé a una practicista de la Ciencia Cristiana, que es una persona que puede ayudarnos con la oración, y hablamos de esto. Reconocimos que para Dios todas las cosas son posibles, y oramos. Luego empecé a trabajar. El resultado fue que me di cuenta de que la inteligencia la recibía de Dios. A la mañana siguiente tenía el capítulo terminado, y el director me comentó después que era el mejor capítulo que yo había escrito.

Smeke: Una lección de humildad, también. Y estoy seguro de que esta lección de humildad fue el mismo caso para el otro problema que usted estaba pasando.

Charters: Sí, exactamente. En cuanto a las verrugas, no le prestaba atención al problema, y eso fue lo más importante. Me concentraba en lo que tenía que cambiar en el pensamiento. Después de hacer esto, humillándome ante Dios, ya no tuve verrugas en las manos.

Smeke: Y esta purificación del pensamiento, ¿fue una actitud mental que sostenía cada vez que esas personas hablaban sobre temas sensuales y demás?

Charters: Sí, y me ayudó muchísimo, pero lo interesante para mí es que no estaba tan consciente de esas conversaciones, o no ocurrían con tanta frecuencia, o simplemente no me influían tanto. De hecho aprendí que no tenemos que condenar a los demás. En Ciencia y Salud la Sra. Eddy dice: “No respiréis jamás una atmósfera inmoral, excepto al tratar de purificarla”.Ciencia y Salud, pág. 452. Y creo que esto es muy importante, que no nos tenemos que quedar en un ambiente así si no tenemos la intención de ayudar a su purificación.

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