Ya Es Hora de que exprese por escrito mi gratitud por las maravillosas bendiciones que mi familia y yo hemos recibido a través del estudio de la Ciencia Cristiana; por la instrucción en clase y por haber asistido a la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana.
Hace varios años comencé a salir con un joven con quien yo pensaba que con el tiempo me casaría. Para mí esto parecía el cumplimiento de mi deseo de casarme y tener una familia.
A pesar de nuestras diferencias religiosas, teníamos mucho en común y había mucho afecto entre nosotros. Pero después de dos años fue evidente que él no tenía intención alguna de casarse conmigo. Aun así fue muy difícil terminar nuestra relación. Sentía verdaderamente que si terminábamos, yo perdería mi oportunidad de ser feliz y de tener mi propia familia. Pensaba que solo era cuestión de ser paciente, y que con el tiempo este hombre comprendería que deseaba casarse. Fue una época difícil, llena de altibajos emocionales. Continuamos en esta situación por unos años más, incapaces de tomar una decisión sobre lo que debíamos finalmente hacer.
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