Una Verdad Fundamental de las enseñanzas y de la curación en la Ciencia Cristiana es que Dios está siempre presente. Por eso, sólo Su manifestación del bien es real. Los hechos espirituales acerca de Dios y del hombre afianzaron y sustentaron a nuestra familia durante los dos años en que nuestra hija luchó contra el alcoholismo. Siempre supe, aun en los días más oscuros de confusión e infelicidad, que íbamos a ser testigos de la curación, y que esta experiencia podría beneficiar a otros cuando la compartiera en forma de testimonio. A decir verdad, la única manera en la que siento que puedo empezar a expresar mi gratitud por esta curación es compartiéndola.
Esta clase de problema es algo que nos sorprendió encontrar en nuestra familia. Creíamos que teníamos una familia estable con dos padres cuidadosos en casa, abuelos afectuosos que vivían cerca, generaciones de Científicos Cristianos en ambos lados de la familia, un buen barrio y buenas escuelas. Para nosotros fue difícil al principio reconocer la gravedad del problema.
Nuestra hija siempre había sido alegre, responsable y cariñosa, así como también una estudiante excelente. Cuando le faltaban dos años para terminar la escuela secundaria, todo en su vida se transformó en un caos. Empezó a beber mucho alcohol, a fumar, a mentir, a faltar a la escuela y a no aprobar sus cursos. Debido a un aumento excesivo de peso, su apariencia física cambió drásticamente. No quería saber nada de su familia, y sus únicas comunicaciones con nosotros eran frecuentes afirmaciones del tipo de “¡Los odio!”.
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