Muchas Veces Necesitamos ayuda en nuestra experiencia diaria, ya sea por problemas de salud, relaciones, empleo o tareas domésticas. Podemos encontrar ayuda en las Lecciones-Sermón que aparecen en el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana. Estas lecciones están compuestas de pasajes de la Biblia y de Ciencia y Salud por la Sra. Eddy. Cada uno de nosotros tiene la oportunidad de aplicar por medio de la oración lo que aprendemos en nuestro estudio, y de sanar.
Cuando Cristo Jesús sanaba, no recurría a ningún otro método sino al Padre en oración. El enseñó a los demás a orar. El dijo: “Cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensara en público”. Mateo 6:6.
La Sra. Eddy explica: “El aposento simboliza el santuario del Espíritu, cuya puerta se cierra al sentido pecaminoso, mas deja entrar a la Verdad, la Vida y el Amor”.Ciencia y Salud, pág. 15. Esa oración no incluye fórmulas ni la mera repetición de ciertas palabras porque esas palabras no nos llevan a la luz ni al entendimiento espiritual que sana. La oración es eficaz en la medida que nosotros seamos receptivos a la inspiración que proviene directamente de la única Mente, el único Dios, en la medida que cultivemos un creciente entendimiento de El. Un estudio sistemático, disciplinado y consagrado de la Lección-Sermón es indispensable para fortalecer nuestras oraciones, ampliando y profundizando nuestro entendimiento de Dios, y satisfaciendo nuestro anhelo de recibir protección divina. Su contenido, asimilado y practicado, confirma que la omnipotencia divina está presente aquí y ahora.
Para obtener el máximo beneficio del estudio de la Lección-Sermón, se requiere un esfuerzo disciplinado. Necesitamos humildad y un sincero deseo de corregirnos. Este esfuerzo nos permite entrar en el aposento, cerrar la puerta y estar en comunión con la Mente divina. Nos permite ver la realidad espiritual y perfecta del ser. Esta es una actividad que solo trae buenos resultados a nuestra experiencia diaria.
Una amiga mía lo probó durante un viaje. Su familia estaba lista para pasar un fin de semana en la granja de unos parientes, fuera de la ciudad. Ya habían estado allí en varias ocasiones. En una de esas visitas, su esposo había discutido duramente con uno de sus parientes. El odio y la desarmonía que esa discusión había provocado ahora exigía la atención de mi amiga. Ella estudió diariamente la Lección-Sermón esa semana para aprender más completamente el significado de cada sección, comprender sus verdades y aplicarlas a los problemas que tenía. Estaba muy confiada en que experimentarían protección así como curación en ese viaje.
Antes de partir, y siempre que pensaban en la desarmonía familiar, ella y su esposo afirmaban en oración la totalidad del amor de Dios y la perfección de Su linaje espiritual, el hombre. Pero los sentimientos de injusticia persistían. Entonces ellos también persistieron en saber que los involucrados nunca habían estado separados del Amor divino y que nada ni nadie podía dañar la imagen de Dios, el hombre inviolable y verdadero. Mi amiga específicamente reconocía que el hombre, en verdad, no es un pecador y, por lo tanto, ella podía ver que su esposo y su pariente expresaban cualidades divinas. Cuanto más enfrentaba los argumentos de desarmonía, tanto más los pasajes de la Lección Bíblica abrían sus ojos y su corazón para ver la perfección de Dios y el hombre. Ella se sintió lista para hacer el viaje cuando su corazón aceptó que debía perdonar.
Cuando mi amiga y su familia atravesaron las montañas, pasaron por un banco de niebla muy densa y no podían ver la ruta con claridad. Era común para ellos pasar por una densa niebla cuando hacían esos viajes, pero, por primera vez, ella se sintió completamente segura y despreocupada. Se sentía calmada y consciente del hecho de que Dios los estaba guiando. Se le ocurrió que así como estaban pasando por la niebla seguros y con completa confianza, seguirían todo el viaje, cualquiera fuera la situación que enfrentaran.
Cuando visitaron a sus parientes al día siguiente, uno de los perros guardianes que estaba suelto amenazó a mi amiga que llevaba a su bebé. Inmediatamente afirmó la actividad ininterrumpida de la Mente divina y el cuidado protector del Amor. Sus pensamientos estaban tranquilos y confiados. El animal no los tocó ni asustó al bebé, y fue reprimido enseguida. La visita fue muy cordial. Fue evidente que el odio y la desarmonía por los cuales habían orado habían desaparecido y se había producido una curación completa.
Esta es tan solo una pequeña ilustración de lo que el estudio diligente y consagrado de la Lección-Sermón puede hacer por nosotros. Nos eleva a una percepción de la presencia y el gobierno perfecto de Dios. Nos permite estar en paz con la certeza de que Dios nos protege.
