Maravillada, Padre-Madre, porque
meditando en el bien llena de gratitud hoy estoy,
Considerando como Tú, amada fuente suprema,
Me enriqueces de modo tal, que puedo
Reconocer mi ser en lo profundo de Tu amor.
Revelada como la imagen de la Verdad divina,
Percibo a través del báculo y cetro sanadores
Cuán bendecida soy, bendecida,
Bendecida en Ti.
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Bendecida en Ti
Del número de marzo de 1995 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana