Es Una Reunion: la reunión de testimonios de los miércoles en una iglesia filial de la Ciencia Cristiana. Por lo tanto, ¿por qué no conducir y estructurar las reuniones de la misma manera que se llevan a cabo muchas reuniones hoy en día? Este pensamiento me llegó mientras oraba para entender cómo hacer para que las reuniones de testimonio de nuestra iglesia fueran más atractivas al público.
Yo era Primer Lector en aquel tiempo y le escribí una carta a la Comisión Directiva de nuestra iglesia, sugiriendo que el Primer Lector se sentara en una mesa al nivel de la congregación y que se pusieran las sillas en un semicírculo enfrente de la mesa. También sugerí que nos quedáramos sentados mientras compartiéramos los testimonios y los comentarios.
Pasó un año y nunca me respondieron. Pero un día, le pregunté con diplomacia al presidente si era posible tratar la nueva idea de conducir las reuniones de testimonios. Poco después, los miembros de la Comisión Directiva votaron por poner a prueba la nueva idea. Los miembros de la iglesia dieron su apoyo con gusto. El comité de ujieres le pedía a la gente que se sentara al frente. ¡Esto funcionó para nosotros! Nuestra iglesia lleva cerca de tres años conduciendo las reuniones de los miércoles de esta manera. Todos los que visitan nuestra iglesia han demostrado su agrado también. Ellos dicen que nunca habían sentido tanta simpatía e interés en una iglesia.
Nos motivó un deseo de bendecir, de mostrar interés, de estar más al día, de ir más allá de meramente hacer las cosas porque así se han hecho siempre, de ser más prácticos, de ser más amistosos, y de unir al Lector con la congregación. El Primer Lector (ahora hay uno nuevo) se sienta a la mesa con una sonrisa y saluda a la gente cuando entra. Los miembros y los visitantes no están dispersos sino que se sientan todos juntos. Los testimonios, al igual que la asistencia, son mejores que nunca. Muchas personas han dicho que han dado su primer testimonio en nuestra iglesia. A la gente le gusta quedarse sentada mientras habla. Hemos estado bien seguros de seguir el Manual de La Iglesia Madre, pero no nos dice dónde y cuándo la gente debe sentarse y ponerse de pie.
La oración y el amor de nuestros miembros al reflejar ellos su receptividad a la dirección de Dios, fueron los que nos capacitaron para poner a prueba algo diferente. Y ellos son los que han hecho que esta idea sea eficaz por ahora. La disposición de trabajar juntos y mantener el pensamiento abierto a las ideas correctas mientras ellas continúan revelándose, nos guiarán seguramente en el futuro también.
